José Daniel Sequera | LA PRENSA.- La obtención de los principales ingredientes para la elaboración de los helados: leche y azúcar; hace que los comerciantes estén haciendo de tripas corazón para mantener su producción al flote.
La gran mayoría, como lo corrobora Rubén Peña, quien atiende en la heladería Popy’s, ubicada en la urbanización El Obelisco, está comprando estos productos bachaqueados.
“Aquí en la tienda se compra un cuñete de cada cosa, y eso nos alcanza como para unos 3 días, porque con los otros ingredientes rinde más el helado”, asegura Pérez.
Sin embargo, debido a que las heladerías no siempre consiguen los mismos precios todo el tiempo, los helados terminan aumentando de valor.
“Es lógico que si cada vez que compremos leche o azúcar, el precio sea distinto, a su vez, el precio del helado se verá afectado”, comenta Peña.
Por otra parte, Deibys Méndez, encargado de la heladería Sorvete, comenta que a pesar de todo, los dueños aún tratan de mantenerse con “normalidad”.
“Los dueños de la heladería están decididos a mantenerse produciendo helados, para que nuestros clientes no se sientan defraudados”, confesó Méndez.
Sin embago, la costumbre de acudir en familia o con amigos a una heladería para compartir un buen rato ha desaparecido debido al alza de los precios de la bebida congelada.
Como una alternativa para aumentar la clientela, otros establecimientos, como Nieve del Este, están haciendo cepillados de frutas porque su elaboración no requiere de leche y ofrecen un producto variado y más económico.
“Conseguir leche está demasiado difícil. La situación es grave. Por eso, ahora nosotros estamos con los cepillados y batidos de frutas: para poder tener algo que ofrecer a los clientes”, precisó Sonia Bracamonte, dueña del negocio.
Chiquinquirá de Monges, una cliente que pedía para sus hijos unos cepillados de fresa y parchita, dijo que ante la crisis esta es una opción diferente y accesible para que los niños pasen una tarde diferente.