María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.– Al recorrer la carrera 21 donde abundan las tiendas que venden electrodomésticos y enseres, se puede ver cómo sólo algunas camionetas pick up tienen un letrero en el parabrisas, cuyo mensaje es: «se hacen fletes». Y es que la situación económica y la escasez del combustible hace que los fleteros se conviertan en un oficio que está desapareciendo, ya que de 25 vehículos que ofrecían el servicio en esa zona antes de la pandemia, ahora quedan cinco cuando mucho.
«Hace seis años yo podía hacer tres viajes diarios, en esta época hago esa misma cantidad, pero a la semana», dijo el chofer Douglas Fréitez. Si se saca la cuenta, de lunes a sábado se podían hacer 15 fletes en aquel entonces, hoy representa un 80% de disminución, ni siquiera alcanza para comer. Añadió que la gente prefiere llevarse sus electrodomésticos en carros particulares que cancelar de 10 dólares en adelante por un flete.
Fréitez contó que él todos los días se va a la 21 y se estaciona con su camioneta para esperar que salga un flete, pero hay días que no hay ni uno, por lo que ha tenido que alternar su trabajo con el comercio de diversos rubros para poder obtener algún ingreso que le permita llevar el sustento a su casa.
El precio de los fletes puede variar de acuerdo al lugar, por ejemplo, uno corto puede equivaler a 10 dólares hacia el oeste, mientras que un precio medio, es decir, unos 20 dólares puede ser para Cabudare, otros fletes largos se pueden ubicar desde 35 dólares en adelante hasta zonas como Duaca o que tengan la misma distancia.
Alfredo Galíndez, quien es otro fletero, agregó que la situación para ellos está complicada porque deben cancelar la gasolina dolarizada y con los fletes que hacen no les da la base; sin embargo, se quedan todo el día esperando que algo surja. «A veces los días que no sale nada, se compensa con otros y así vamos».
Los fleteros agregan que otra de las situaciones que los tiene en peligro de extinción, es que la gente usa sus propios carros particulares para llevarse la mercancía, hay quienes en sus vehículos pequeños sostienen sobre el techo un colchón, alguna cama, incluso hasta en la maletera sin importar que no cierre puede trasladar una mesa, alguna silla o una cocina, todo con tal de ahorrarse el precio del flete.