Osman Rojas | LA PRESA.- Una pequeña mancha roja en la piel antecedida por una noche de intensa comezón fue el primer síntoma. Carmen Julia Pérez, una joven de 19 años, empezó a sufrir de escabiosis luego de pasar cuatro horas expuesta al sol en una cola. La muchacha asegura que aunque se cubría con papel periódico, el recostarse a una pared sucia en la avenida Libertador y el apretujarse con las personas formadas causó la erupción en la piel.
“Yo le digo a mi familia que fue por eso. Nunca antes había tenido manchas en la piel y ahora ando con una piquiña que no me deja dormir. Lo peor es que en las farmacias no hay pomadas para aliviar la comezón. Antes de dormir yo me meto al baño porque el agua fría es lo único que me calma”, dice con vergüenza Pérez.
Lo que le sucedió a esta joven es uno de los casos que maneja epidemiología del estado Lara, cuando indica que la escabiosis se ha disparado en sectores urbanos. Hasta diciembre de 2016, en Barquisimeto había en promedio siete personas por ambulatorio que sufrían de esta enfermedad, mientras que en zonas rurales como Pavia o Duaca la medida de pacientes era de 10 por cada centro.
En municipios como Urdaneta, también hay elevados registros. Según la red ambulatoria, 13 casos casi a diario atienden allí. Robert De Goveia, dermatólogo de la clínica San Francisco, explica que el número de pacientes con “picazón” aumenta por la escasez de jabón o productos de higiene personal. La falta de agua en las comunidades también es un factor determinante.
“La escabiosis no ha podido ser erradicada por completo del país. Entre 2010 y 2015 esta enfermedad afectaba mayormente a las personas que vivían en el campo, donde por condiciones naturales del ambiente la escabiosis es más contagiosa, ahora en la ciudad hay cientos de casos por culpa de la escasez”, dice con tristeza De Goveia.
Especialistas detallan con alerta que son los niños los más afectados con esta información que ataca en sectores urbanos. En el ambulatorio de San José, por ejemplo, se registraron 29 casos de escabiosis en diciembre. De esos enfermos, 21 eran niños menores de 10 años.
“Las enfermedades en la piel se hacen algo habitual en este país. Hemos retrocedido 20 años en la medicina y a nadie le importa”, lamenta De Goveia.