Hace unas horas nos enterábamos de lo que Apple podría estar preparándonos para el futuro. Según el conocido analista Ming-Chi Kuo de la consultora KGI, los futuros «iPhones 8» que llegarán en 2017 tendrán un diseño notablemente distinto al que ofrecen hoy en día. Y el elemento diferenciador será el cristal.
Habrá otro cambio destacable en estos dispositivos, que parece ser que también adoptarán la tecnología AMOLED para sus pantallas, pero esa decisión en la elección de materiales de fabricación es la que seguramente tenga más impacto en la decisión de compra de los usuarios, que durante años han visto como el metal de los últimos iPhones era el material asociado a los dispositivos de gama alta. ¿Será el cristal ese material premium con la llegada de esos iPhones?
Un viejo conocido
El uso del cristal de forma extensiva no es algo extraño en los iPhone, que hicieron uso de este material tanto en los iPhone 4 y los iPhone 4S, en los que el cristal estaba presente tanto en el frontal como en la parte trasera, aunque eso sí, ambas láminas estaban unidas por una banda metálica.
Ese material volvió a usarse en los iPhone 5 y 5S a pesar de los rumores que apuntaban a un cambio de materiales. En realidad la presencia del cristal disminuyó de forma importante, ya que aunque había bandas de cristan el la parte superior e inferior de la parte trisera, era el aluminio el que dominaba esa parte.
En esos dispositivos se reforzó la resistencia a golpes y arañazos gracias a esa decisión y se añadieron además algunos elementos de diseño que para muchos añadían una elegancia extra a estos dispositivos. El aluminio comenzaba a ser elemento crucial de los dispositivos de Apple, como se vería en posteriores evoluciones.
De hecho Apple daría un giro radical a ese diseño con la aparición de los iPhone 6 y iPhone 6 Plus, que por primera vez adoptaban el aluminio como protagonista absoluto y que además daban ese singular salto en las diagonales de pantalla. El cristal había dejado de ser la niña bonita de Apple.
En realidad ese material ha seguido formando parte de la estrategia de Apple, que ha sabido reaprovechar el diseño de los iPhone 5S para adaptarlo a los nuevos tiempos. El iPhone SE que analizábamos hace unos días volvía a tener un diseño protagonizado por esas bandas de cristal en su parte frontal y trasera, aunque el aluminio volviese a hacer acto de presencia como en modelos anteriores.
¿Qué es un material premium en smartphones?
Apple siempre ha sido referente a la hora de marcar tendencias en el diseño de los dispositivos móviles. No fue el único en hacer que el cristal fuera protagonista del diseño, y de hecho los Xperia Z de Sony siempre han apostado por ese material, característico de unos terminales que uno asociaba fácilmente a la firma nipona gracias a esos diseños «cuadradotes» en los que el cristal «atrapahuellas» estaba presente por todos lados.
Lo cierto es que el uso de distintos materiales en los chasis de los smartphones se ha convertido casi en cuestión de debate nacional (y global). El uso del plástico de aquellos primeros modelos de la inmensa mayoría de smartphones se convirtió en la norma si uno quería ahorrar costes.
Sin embargo el metal llegó con fuerza en algunos dispositivos. Como señalaban nuestros compañeros de Xataka Móvil, el uso del metal en los HTC Legend marcó la pauta. Aquello de los diseños unibody que se hicieron famosos en Apple no fueron tampoco creación suya: el Nokia N8 fue el terminal que popularizó aquella técnica de producción que luego adoptarían en Cupertino.
Sin embargo fue Apple la que popularizó el uso del metal y del aluminio en terminales que de buenas a primeras solo por llevar metal ya eran considerados de gama alta o, al menos, con pretensiones de serlo. El plástico quedaba reservado a terminales menos ambiciosos, mientras que el cristal de los iPhone 4 y 4S también quedaba relegado a un plano secundario. El ránking estaba claro: primero el metal, luego el cristal y por último el plástico.
Algunos fabricantes trataron de iterar sobre ciertos materiales para darles nuevas posibilidades. Los LG G4 y sus llamativas traseras en piel de vacuno pasaron con más pena que gloria por esa pasarela en la que el diseño era cada vez más importante en dispositivos móviles. Los plásticos cerámicos también le dieron una vuelta a los plásticos «baratos» de los modelos de antaño, pero lo cierto es que el metal seguía siendo el material de referencia para los que buscaban ese «toque de distinción».
Para gustos, los colores, dirán muchos. Y es cierto: aunque es cierto que industria y medios -aquí entonamos el mea culpa- hemos creado esa relación aparentemente inequívoca entre «metal» y «alta gama», hay terminales que usan plástico de una manera ejemplar y entrarían sin problemas en el saco de la gama alta, y también terminales de metal que aun con eso no podrían llegar a ser considerados ser dignos de estar metidos en esa misma categoría. Ya hicimos un alegato en ese sentido en Xataka Móvil, donde comparamos las dos tendencias: los que estaban a favor de los móviles con carcasa de plástico y los que defendían a capa y espada el diseño de los móviles con carcasas de metal.
La incógnita del cristal
¿Dónde quedaba el cristal en ese debate? Pues era curiosamente el gran olvidado. Y eso es precisamente lo que podría cambiar en ese hipotético iPhone 8 al que puede que veamos efectivamente devolver este material a un puesto de referencia en el debate.
El uso de ese material plantea dudas interesantes. Es evidente que la resistencia a golpes sale aparentemente perjudicada frente al metal e incluso a los nuevos plásticos que se van integrando en las carcasas de los últimos smartphones. El extenso y fantástico análisis de materiales publicado en AnandTech hace ahora casi dos años ya demostraba que el cristal era el menos propenso a rayaduras y arañazos, pero el que más fácilmente podía quebrarse. En ese informe también señalaban como el uso de Gorilla Glass ofrece mayor protección y además ofrecía una conductividad térmica que se situaba entre el metal y el policarbonato.
Eso podía ser perjudicial para móviles en los que CPU y GPU disipan una buena cantidad de calor, aunque es posible aliviar el problema, algo que se ha hecho tradicionalmente en diseños de policarbonato con marcos de metal que disipaban el calor a la pantalla y otros componentes.
Entre sus ventajas estaba una interesante: apenas atenúa las señales de radio -antenas internas, mejor calidad de cobertura-. Sin embargo en AnandTech destacaban que la forma y diseño del teléfono también se ven limitados, a menos con las herramientas actuales.
Dado que el diseño industrial al que acuden en Cupertino ya está muy perfilado en el caso de sus diseños unibody, es interesante reflexionar sobre qué ventajas efectivas, operativas e incluso de costes puede traer el cristal en este segmento. La pregunta sigue en el aire, y serán Apple -y otros fabricantes- los que seguramente la contesten en los próximos meses… y años.