Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Siempre soñaba con conocer y compartir con el maestro Gustavo Dudamel, sin imaginar que sería tan pronto y en su Barquisimeto natal. Juan Luis Díaz Jiménez es un director de orquesta en formación y percusionista larense, quien a sus 8 años se apasiona frente a la partitura, sujeta la batuta con tanta soltura que lo lleva a disfrutar en esos cambios de ritmos. Con facilidad pasa de lento a rápido y sin descuidar la percusión que lo ubica entre festivales internacionales.
Su talento sobrepasa su estatura y al sonreír, evidencia ese vacío al mudar los dientes frontales. Es de poco hablar, pero al confesarse complacido de esos momentos junto al director de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles y de la Orquesta Simón Bolívar, su mirada se llena de luz y se traslada a ese momento parado sobre una cesta plástica que le permitía ganar tamaño. «¡Me sentí muy feliz, fue mucha felicidad solamente con tener al maestro viéndome!», exclama.
Agradece esa indescriptible oportunidad de conocer algunas indicaciones de Dudamel, con quien estuvo en dos ensayos durante su estadía en Barquisimeto. La obra Danzón marcó el primer acercamiento que no tuvo mayores observaciones, que la altura de los brazos. «Me preguntó si quería dirigir la Marcha Eslava, pero me sentí mejor con Danzón», confiesa de una pieza marcada por más energías. Así plasma su pasión por la dirección que empezó por curiosidad y terminó de materializarse en un taller impartido por el maestro Felipe Izcaray.
Conocer de cerca
Ingresar a la sala de la familia Díaz Jiménez es descubrir el espacio improvisado de ensayos. Tal espacio queda corto en ese apartamento que alberga el teclado, timbal, marimba y aún faltando el xilófono. Es parte de los instrumentos que comparte Juan Luis con su hermano mayor Luis Gabriel.
Sus padres Roselena Jiménez y Luis Díaz sienten un orgullo inmenso por sus hijos que han crecido en la música. Juan Luis empezó a un año de edad y en la categoría compota del sistema orquestal. Su desarrollo ha sido progresivo formándose en la Orquesta Pequeños Schuman, orquesta preinfantil, orquesta infantil y actualmente en las filas de percusión de la Orquesta Juvenil en Barquisimeto.& ;
La percusión es una de sus debilidades, con respaldo de la Escuela Nacional de Percusión en Caracas. Se entrega entre el público que ha disfrutado los festivales en los que ha participado en Yaracuy, Mérida y Caracas. Presentaciones que desnudan a un genio de la música que recibió clases de figuras tan reconocidas como Alfredo Naranjo y Huáscar Barradas, quien lo acompañó como solista en la flauta en la pieza «El diablo suelto». Parte de esta obra fue ejecutada para el equipo del diario La Prensa, donde impregna de fuerza y coordinación a las baquetas de la marimba, con el movimiento de su cabeza acompañando esa demostración de alegría y energía que fue inspiración del maestro Heraclio Fernández.
Juan Luis administra muy bien su tiempo, al asistir a sus clases de tercer grado en la escuela primaria. Dedica sus tardes entre las clases en el Conservatorio Vicente Emilio Sojo, ensayos en casa y al final del día con su preparación en karate, donde se alista para recibir la cinta marrón.
El otro reto será compartido en dúo con su hermano para final de año y se trata del Concurso de Percusión en Suecia, donde tienen previsto el concierto de Toshiro Mayuzumi. Una sorpresa de la que prefiere no adelantar tantos detalles.
Así transcurre la vida de este percusionista que se apasiona por la dirección orquestal y en sana complicidad con su hermano comparten piezas y demás conocimientos. Siempre agradece a Dios al estar en el escenario, así como el apoyo incondicional de sus padres y ese placer de crecer en la música, la cual asume bajo el signo de valor y respeto en la humanidad.