Víctor A. Rodríguez | LA PRENSA DE LARA.- Vecinos del sector Alí Primera de Lomas de León, al oeste de Barquisimeto, viven un eterno calvario pues no cuentan con servicio de aguas negras, por lo que tuvieron que hacer pozos sépticos, pero el remedio fue peor que la enfermedad , ya que cuando llueve los restos fecales se desbordan e inundan patios, casas y hasta las calles, mientras que los habitantes temen que las casas se caigan por la humedad.
«Aquí en Alí Primera, los pozos sépticos tienen más de 16 años. Cuando llueve eso se desborda y pareciera que la casa se viene abajo», expresó Carolina Pérez quien detalló que este problema lo viven todos los vecinos de la zona desde que fundaron el sector. Asegura que han hecho al menos tres censos para solucionar el desborde de restos fecales, pero todo se ha quedado en papeles en el consejo comunal «Despertar de Alí».
A pesar de las constantes quejas de los vecinos ante autoridades del Estado, estos no les prestan atención y no tienen respuesta a sus peticiones, sino que por el contrario, miembros del consejo comunal los amenaza, con quitarles la bolsa del CLAP, que ya de por sí llega con poca regularidad, según denunció José Reyes, habitante del sector.
«Llegué hace 11 años y eya habían instalado los pozos. Esos produce mal olor, cucarachas y culebras, y eso es todo el día. Cuando llueve se me mete el agua a la casa», manifestó América Peralta, vecina afectada.
Otro de los problemas que viven los habitantes es la falta de aseo ya que solamente pasa alrededor de una vez cada dos meses, eso produce que la contaminación crezca en la zona pues las montañas de desechos sólidos se acumulan en todas las esquinas..
De noche las calles son parecidas a una selva, solo con la iluminación de la luna debido a la falta de luces en los postas. También exigen asfaltado ya que aproximadamente el 80 % de las calles son de tierra.
En el olvido
La comunidad con autogestión se ha encargado de salvar el deporte ya que se encuentra en el olvido, chamos realizan actividades físicas en medio de deficiencias y los adultos intentan salvar a la juventud de la delincuencia. «Necesitamos material deportivo, pintura e iluminación en la cancha. Hacemos vida más de 100 personas», dijo Joandri Sulvarán.