Guaro Mirón | LA PRENSA DE LARA.- Mi gente de Lara nos mantenemos activos en la pista y ruleteando por cada uno de los rincones de esta tierra maravillosa para atender cada una de sus solicitudes y ver cómo están funcionando los servicios públicos.
Hace unos días no me aguanté las ganas y me lancé una aventura rumbo a la zona norte, quería saber cómo estaban mis panas de El Cují, Las Veritas y Carorita.
Cuando llegué al hospital para coger el bus, me encontré al profesor Iván Jiménez, amigo de muchos añ;os y mi fiel vocero de todo lo que pasa por aquellos lados de la zona norte de Barquisimeto.
«¡;Guaro, estabas perdido! Hasta que al fin te acordaste de nosotros», me dijo mientras me plantaba un abrazo. En el trayecto nos dio por recordar anécdotas mientras me enumeraba cada una de las fallas que se registran por allá. No les miento, eso parecía un testamento. ¡;Naguará!, es que las líneas se me quedan cortas si me pongo a hablar de eso.
Uno de los problemitas que me comentó es que en la vía principal de Carorita Abajo, justo entre las urbanizaciones Brisas de Carorita I y II crearon un vertedero improvisado que ha pasado a ser un verdadero dolor de cabeza para la pobre gente que vive en sus alrededores.
Iván me comenta que el aseo pasa muy poco por el sector, por lo que la gente ha tenido que buscar un plan B para librarse de los desechos que con el paso del día dejan mal olor en sus viviendas.
Y a mí como me gusta verificar la información, me fui hasta allá a ver qué tan cierto era. Pero vaya sorpresa la mía. Apenas me bajé del ruta me topé con un zaperoco que tenían unas señ;oras allí. Resulta que acababan de encontrarse con una serpiente tragavenados que salió justo de ese montón de basura.
Apenas me dijeron eso, me provocó dejar el pelero, pero no les podía hacer eso, ellos me ven como su héroe. Así que me armé del valor y me adentré al lugar. ¡;Santo Dios!, ni siquiera les voy a decir las cosas que ahí encontré, lo que sí les puedo adelantar es que son desechos de todo tipo.
Pero no sólo eso, para rematar hay ratas, rabipelados, culebras y ciempiés que terminan llegando a las urbanizaciones y generando un dolor de cabeza tremendo para la gente.
Iván me explicó que todo comenzó por un señ;or que va casa a casa preguntándole a la gente si quiere botar la basura. Con carretilla en mano, este hombre que lo único que busca son ingresos extra para poder paliar la crisis, monta un cerro de bolsas que termina trasladando hasta este terreno que está a pocos metros de la escuela Prado del Norte II.
Mi gente, yo sé que Imaubar nos está quedando mal, pero también hay que crear conciencia y entender que este tipo de medidas empeora el panorama.