María Betania Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Panaderos se ven entre la espada y la pared. El incremento de la materia prima, la ausencia de los servicios como el gas doméstico y la restricción de horario para laborar debido a la pandemia, los viene golpeando hasta el punto que han tenido que disminuir producción y ventas.
Los panaderos dicen que están trabajando con las uñas, y que este 2021 no pinta diferente al 2020 al cual calificaron como un año catastrófico. Silvino Vásquez, miembro de la Asociación de Panaderías de Lara, explicó que la hiperinflación les afecta en todo, pues deben adquirir materia prima y gas a costosos precios y le descuadra su presupuesto y ganancias.
«No nos permite reponer, todo está dolarizado» dijo Vásquez, quien explicó que hasta las bombonas de gas las tienen que comprar bachaqueadas porque el servicio no llega, pues él ya tienen seis meses esperando el despacho.
Hay panaderos que tienen que comprar el gas en más de 60 dólares la bombona de 43 kilos y la duración dependerá de la producción que tenga cada uno. Hay quienes tienen hornos que trabajan con gasoil, que también significa un problema, pues el combustible no es fácil de conseguir como en tiempos anteriores y lo deben comprar a precio bachaqueado.
Las panaderías artesanales dicen que ya no cuentan con el apoyo de la venta de harina por parte del Gobierno Nacional, por lo que ahora tienen que adquirirla a precios de empresas privadas, por ejemplo, Carolina Martínez, quien tiene una panadería en el centro de Barquisimeto dijo que un saco de harina de 45 kilos ronda los 30 dólares, mientras que 50 kilos de azúcar pisan los 38 verdes.
La señora dijo que antes podían comprar 5 sacos para trabajar, pero ahora dos o menos son los que pueden adquirir, contó que uno de los motivos es por las pocas ventas y baja producción que no les permite seguir teniendo el mismo inventario. Martínez dijo que con un saco ella puede sacar aproximadamente 400 panes entre dulces y salados.
Lo básico
En las panaderías aseguran que en los últimos meses están ofreciendo lo que tienen más salida que es el pan salado y el dulce según Silvino Vásquez, miembro de la Asociación de Panaderías de Lara quien dijo que la pastelería y otras variedades han desaparecido de los anaqueles, pues requieren de mayor materia prima y tiene poca venta.
Silvino Vásquez aseguró que el pan de «batalla» son los canillas que el más buscado pues es más accesible al bolsillo y lo usan para desayuno o cena e incluso para acompañar almuerzos.
Vásquez agregó que aunque no maneja cifras exactas, En Lara son varias las panaderías han tenido que cerrar sus puertas porque las ganancias no les dan para seguir a flote, sin embargo, dijo hay quienes siguen apostando así sea vendiendo solo canillas y algún pan dulce.
El horario de trabajo es otra de las circunstancias que tiene a las panaderías entre la espada y la pared, pues cuando decretaron la cuarentena en marzo cerraron sus puertas y fueron abriendo poco a poco dependiendo de la flexibilización.
El punto es que, aún en la semana radical en Lara, las panaderías solo trabajan media jornada y añaden que eso los ha golpeado porque en las tardes en cuando mayormente el pan salado tienen salida. «La gente lo busca para cenar» dijo Carolina García.
Los panaderos dicen que en la semana de flexibilización trabajan corrido, pues aunque algunos días son buenos y otros no tanto, reponen las ventas que se pierden en semanas de cuarentena.
Solicitan materia prima y servicios
Los panaderos artesanales solicitan al Gobierno Nacional reactivar nuevamente la distribución de la materia prima, pues así ellos podrían comprarla a precios accesibles y aumentar sus ganancias y producción.
Desde hace dos años aproximadamente, las panaderías dejaron de recibir la harina dijo Wilfredo Sira, propietario de una panadería en el oeste de Barquisimeto, quien añadió que eso poco a poco se fue desapareciendo hasta hoy que ya no reciben ni siquiera un saco.
En Lara hubo una protesta hace más de un año donde ellos exigían que les vendieron nuevamente, pues para aquel entonces la distribución era de un saco cada cinco meses y con eso no podían trabajar ni siquiera dos días.
El otro punto es que también solicitan que les surtan el servicio de gas a tiempo, pues esa es un servicio en el cual ellos deben destinar más de 60 dólares en tan solo una bombona de 43 kilos bachaqueada y lo mismo sucede con quienes tienen hornos que trabajan a gasoil, pues ya se esta complicando poder surtir.
Los panaderos artesanales dicen que si ellos reciben los servicios y la materia prima a tiempo pueden adaptarse a los horarios de trabajo según las restricciones de la semana radical y la de flexibilización, pues no tendrían que perder tiempo buscando el gas o reuniendo para poder comprar los sacos de harina dolarizados.