Edy Pérez | LA PRENSA.- María Carolina Castañeda (23), parece que no rompe un plato, pero está presa por ser autora intelectual del crimen del universitario y taxista Edwin Giménez (35). Además tiene dos registros penales de 2015. Uno por el delito de resistencia a la autoridad y otro por lesiones.
Es una mujer blanca, rostro perfilado y angelical. Delgada, de un metro 60 centímetros, aproximadamente, cabellera negra y lisa. Se la pasaba con ropa bien apretada, blusas cortas, minifaldas, shorts calientes y zapatos de tacón.
Siempre maquillada, sabía cómo seducir a los hombres y usó sus atributos para engatusar y pichar a Edwin. El novio de María y un amigo fueron quienes asesinaron al joven. El crimen fue la madrugada del seis de julio. Le robaron su carro, un Hyundai Accent.
Los hombres de la División de Homicidios del Cicpc la capturaron el lunes, asegura el padre de Edwin, Wuilfredy Giménez, mientras estaba frente a tribunales. Después de su aprehensión la mujer cantó.
Le declaró a los “petejotas” que pichó a Edwin para que su novio y a un amigo le robaran el carro, pero durante el atraco asesinaron a la víctima.
“No lo podían dejar vivo porque Edwin conocía a la mujer”, repite el padre.
A Edwin le propinaron un tiro mortal en el pecho, lo lanzaron en la Circunvalación Norte, a la altura de El Ujano y luego lo arrollaron. Sus familiares lo identificaron mientras estaba en la morgue del hospital Antonio María Pineda.
La tipa conoció a la familia Giménez hace algunos meses. Frecuentaba el taller del padre de Edwin, a él y a sus hermanos. Era atrevida y quienes la conocen presumen que prestaba servicios sexuales.
Desde que llegó a la familia hubo un atraco en el taller, se llevaron un Volkswagen. Ahora el padre de la víctima piensa que también pudo ser ella la que mandó a que los robaran.
Pero la verdadera pesadilla para la familia empezó la madrugada del seis de julio. Edwin recibió una llamada de María; la mujer le pidió que le hiciera una carrera, porque él sólo trabajaba con personas de “confianza”.
La fue a buscar a la calle 13 con carrera 32 y cuando llegó se montó con dos tipos. Eran su novio, Junior Antonio Cusba Méndez (25) y Víctor Manuel Torrealba Vegas (24). En ese punto la mujer le cuenta a los funcionarios que lo raptaron.
Víctor tomó el volante del Accent, ella se sentó de copiloto y Junior se fue atrás con Edwin. Se metieron en la Circunvalación Norte, lo asesinaron y lo tiraron en la vía. Se llevaron el carro para San Felipe, estado Yaracuy y lo dejaron abandonado en una vía.
Junior cayó en agosto. Los militares del peaje de Caseteja lo capturaron porque tenía una identidad falsa y ahora enfrenta cargos por homicidio. Mientras que a Víctor lo capturaron al día siguiente.