Gabriel Grisanti | LA PRENSA.- Sus primeros registros por la comisión de delitos de robo, lesiones personales y homicidio aparecían en el Sistema de Investigación e Información Policial (Siipol), con la calificación resaltada de haber sido considerado un delincuente de “alta peligrosidad”.
Sin embargo, no fue sino hasta que asesinó al caficultor Arquímedes Soto, de 40 años, el pasado 24 de octubre en Humocaro Alto, municipio Morán, que Ruperto de Jesús Saavedra, alias “Bachaco” cobró más fama por sus prácticas extorsivas, que tenían como víctimas a grandes, medianos y pequeños productores del campo.
Además, este delincuente se fue ganando cada vez más centimetraje en diferentes medios impresos de comunicación en Lara, a medida que las investigaciones reporteriles arrojaban más detalles sobre colaboradores e informantes de “Bachaco”. Se le vinculó con la banda Los Intocables y hasta se conocieron antecedentes, como su participación en el robo de una vivienda de una diputada en Portuguesa.
Se pudo conocer que Ruperto de Jesús Saavedra (40), estando aún privado de libertad en el Internado Judicial de Trujillo, giraba instrucciones a un grupo de al menos 15 secuaces, que se encargaban de concretar a todo trance la obtención de cuantiosas sumas de dinero como vacunas a los agricultores.
El tipo llevaba más de un año empecinado en destruirle la vida a Arquímedes Soto, conocido por pobladores de Humocaro Alto y sus amistades cariñosamente por el diminutivo de “Quime”.
La razón era por demás conocida por todos en la zona alta del municipio Morán: a diferencia de otros productores que por temor a represalias sí accedían a cada cobro de vacuna por parte de los compinches de “El Bachaco”, Soto se negaba a caer en su afán de extorsión.
Por ello, Ruperto de Jesús Saavedra arreciaba sus acciones contra él, al punto que logró secuestrar a miembros de su núcleo familiar y hacer desastres en su vivienda, llevándose ropa, calzados y demás enseres.
Como no le resultaba al “Bachaco” su fórmula de terror, optó por matar a “Quime” en el sector La Mesa de Humocaro Alto. El homicidio causó indignación entre quienes lo conocieron y daban fe de su honestidad y responsabilidad.
Tanto, que después de haber sido enterrado el pasado 26 de octubre, unos amigos suyos provenientes de Caracas que participaron en el acto fúnebre, se armaron de valor y fueron al sector El Cucurucho, caserío La Estancia, a prenderle fuego a dos viviendas en las que se encontraban la madre, un tío y un sobrino de “Bachaco”.
Aunque se había especulado que estos familiares habían fallecido calcinados, se confirmó después que fueron sacados por los caminos verdes, más dos hermanos del delincuente hacia Chabasquén, en Portuguesa.