AFP | LA PRENSA.- El 1º de enero de 2017 el precio de los combustibles en México subirá hasta 20,1% para las gasolinas y 16,5% para el diésel, una medida que conducirá a una liberación gradual que ha desatado fuertes críticas de distintos sectores.
«A partir del 18 de febrero de 2017 los precios máximos al público tendrán una vigencia de 24 horas», publicó este martes el Ministerio de Hacienda en el Diario Oficial mexicano.
De manera gradual se abrirá el mercado en cinco etapas o bloques de estados, que de acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía concluirá en la península de Yucatán el 30 de diciembre de 2017. Inicialmente, la liberalización de precios debía comenzar en 2018 pero el gobierno decidió adelantarla un año.
El siguiente paso se dará «a finales de marzo, cuando se abre la primer zona dentro del país a la competencia, esto es en los estados norteños de Baja California y Sonora, ahí la oferta y la demanda determinarán las condiciones de precio» explica a la AFP, José Carlos Femat Romero Director de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo.
Esta liberalización se enmarca en la reforma de 2014 al sector energético que acabará con el monopolio de la estatal Petróles Mexicanos (Pemex), responsable de toda la cadena, desde la detección y extracción del crudo hasta la venta de gasolina.
«El incremento responde al aumento en los precios internacionales de los combustibles y no implica ninguna modificación o creación de impuestos», añadió Hacienda en un comunicado.
Este proceso, llamado de flexibilización, «va a permitir transitar ordenadamente y gradualmente de un mercado monopólico a uno competitivo, vamos a poder detonar la inversión», dijo de su lado Guillermo García Alcocer, presidente de la Comisión Reguladora de Energía.
El precio de la gasolina de 92 octanos es de 13,98 pesos (0,67 dólar), mientras que el de las de mayor octanaje es 14,81 pesos ($0,71 dólares). Con el aumento pasarán a 16,52 pesos y 18.40 pesos respectivamente. El diésel subirá de 14.63 (0,70 dólar) a un máximo de 17,24 (0,83 dólar).
Los combustibles en México, país petrolero pero cuyas reservas están en franco declive, son en su mayoría importados debido a un déficit de refinerías.