Ana León | LA PRENSA.- La comunidad Cristiana Puerto del Edén atiende a más de 150 niños, ancianos y trabajadores de algunas escuelas del sector de San Jacinto que están pasando extrema necesidad. La iglesia abrió un comedor comunitario en sus instalaciones el año pasado, ahí daban comida diaria a las personas que ayudaban, pero desde hace dos meses han dejado de hacerlo por no encontrar los recursos y alimentos necesarios para hacer las comidas.
Según una encuesta hecha por Cáritas de Venezuela, el 82 por ciento de los venezolanos está sufriendo de pobreza crítica y un 53 por ciento de los niños del país está en estado de desnutrición. Además, determinaron a través de una encuesta que, en los sectores con menos recursos, una persona puede llegar a hacer una sola comida al día. Esto afecta gravemente su salud y es por eso que la Iglesia Católica y Evangélica han tomado la decisión de ayudar a estas comunidades.
En el comedor comunitario, el pastor Jairo y sus hermanos cristianos daban de comer como desayuno fororo, avena, huevo con yuca y jugos naturales. En el almuerzo hacían una sopa bien resuelta, pero los ingredientes se han puesto cuesta arriba. Para comienzo de año intentaron continuar con las actividades del comedor, pero apenas podían atender a unas 50 personas.
“Tendremos que cambiar el formato del comedor y dar una vez a la semana comida porque nos está costando mucho pagar los ingredientes, a pesar de la voluntad de nuestros hermanos en la iglesia”, comentó el pastor Jairo a través de una entrevista telefónica.
Al no tener una infraestructura adecuada para manejar el comedor, desde las casas de las hermanas cristianas que asisten a la iglesia logran concretar los desayunos y almuerzos de los muchachos. Sin embargo, el trabajo es algo engorroso porque las hermanas deben trasladar las ollas hasta la iglesia y no todas viven cerca del lugar. Para cocinar la comida, el pastor Jairo designó unas comisiones.