viernes, 22 noviembre 2024
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En Lara padece déficit nutricional

Jesús Oviedo | LA PRENSA.- De 10 mil pacientes que ha atendido el Instituto Nacional de Nutrición (INN) en Lara durante este año, al menos 40% presenta un déficit nutricional, en su mayoría niños y abuelos, aunque no hay casos de desnutrición crónica, a pesar de que la crisis económica se agudizó desde el 2015, según cifras que ha calculado la institución que fueron facilitadas al equipo de La Prensa.

El déficit nutricional se presenta en un paciente cuando su peso es inferior al que debería tener de acuerdo a su edad, tamaño y sexo, define la especialista mientras explica que se debe a la falta de alimentos, a patologías adquiridas como diabetes, hipertensión o gastritis y al desconocimiento sobre la preparación de comidas balanceadas.

Hay un grupo de adultos entre los 29 y 40 años que tiene problemas de nutrición porque prefieren darles más porciones de comida a sus hijos, sobre todo en los desayunos y las cenas.

Sobre la pérdida de peso que sufren los larenses, la funcionaria especifica: “Esta ocurre porque hace dos años comían en exceso chucherías, grasas y carbohidratos, lo que es beneficioso, pero están afectados psicológicamente porque han tenido que cambiar sus patrones de consumo”.

Daniel Campos, experto en nutrición y dietética, afirma que los larenses más afectados por el déficit nutricional son aquellos que pertenecen a los estratos sociales más bajos. Agrega que están más propensos a padecer enfermedades crónicas, parasitarias y virales porque su sistema inmunológico se ha debilitado.

También detalla que los adultos mayores de 40 años que presentan dicho déficit están propensos a padecer sarcopenia, patología que causa desánimo, letargo o fatiga general y se produce cuando ha disminuido la masa corporal en el organismo por falta de proteínas.

Campos añade que cuando los niños han sido alimentados inadecuadamente su proceso de desarrollo se retrasa, lo que conlleva al deterioro de su salud. En el caso de los jóvenes pueden sufrir enfermedades gástricas, entre estas: gastritis, reflujo y acidez.

El nutricionista coincide con la especialista del INN, en que la pérdida de peso corresponde con los cambios en los patrones alimenticios. Explicó que antes de que se agravara la situación económica en el país se ingerían hasta cinco carbohidratos (harina de maíz, plátano, papa, arroz y yuca) en una sola comida, ahora se sirve sólo uno o dos.

“El venezolano tenía acceso a más alimentos, pero era una mala alimentación por los excesos que cometía”, expresa Campos y asegura que con el salario integral mínimo se puede comer de forma variada.

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