Un familiar contó que desde la semana pasada, los funcionarios han estado revisando área por área
Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- Un grupo de funcionarios adscritos al Grupo de Respuesta Inmediata y Custodia (GRIC) y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) les cayó de sorpresa a las reclusas de la Comunidad Penitenciaria Fénix-Lara, quienes llegaron a hacerles una requisa.
Un familiar contó que desde la semana pasada, los funcionarios han estado revisando área por área y haciendo requisas que, según denunciaron siempre «terminan con maltratos«. Este jueves cerca de las 4:00 de la madrugada llegaron los funcionarios al anexo femenino y se escucharon gritos.
«Necesitamos que nos ayuden, basta de tantas injusticias. Cuando hay requisas les botan todo a los privados de libertad, se quedan sin nada de sus cosas personales, artículos que nos cuesta muchísimo reponer», comentó la esposa de un detenido, quien no quiso identificarse por temor a represalias.
Los reclusos pensaban que la requisa se había acabado, pues el fin de semana pasado el GRIC se había ido, por eso les tomó como sorpresa la llegada en la madrugada.
«Los presos están siendo humillados por funcionarios del GRIC, ¿hasta cuándo los humillan, dónde están los derechos humanos? No aguantamos esta situación, a ellos les dan comida mala, mortadelas piche y bollo», aseguró una mujer a través de una nota de voz.
LA PRENSA pudo conocer, que el jueves los familiares hicieron entrega de paquetería. Desde el lunes están esperando que se aprueben las visitas para los reclusos, pero por la requisa no han podido ver a sus parientes.
«De lunes a viernes sólo han entregado paquetería. Adentro se rumora que la requisa fue ordenada por la ministra y que ella va a venir en los próximos días», sostuvo otro familiar.
El año pasado, cuatro reclusas sufrieron heridas por perdigones, supuestamente, por parte de un custodio del lugar, así lo denunció el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) y por este caso los familiares ahora temen que ocurra lo mismo con los privados de libertad y piden que le «metan» el ojo a la cárcel para evitar maltratos.