Euseglimar González | LA PRENSA.- “Mamá voy a trabajar para que mañana compremos la comida”, fue lo último que le dijo el miércoles en la noche Ánger Jesús González Chávez (26) a su madre. El muchacho recibió una llamada para hacer un traslado en su mototaxi y a la media hora lo mataron de dos impactos de balas.
Ánger salió de su casa a las 8:00 de la noche y cayó muerto en la carretera vieja Barquisimeto-Duaca que se ubica en la frontera con el municipio Urdaneta porque iba a hacer una carrera. Pero en el camino fue interceptado por unos hampones que le trataron de robar la moto, pero él no se dejó y le dispararon dos veces en la clavícula derecha y cerca de la nariz.
Ánger cayó muerto en un monte y su moto cerca de su cuerpo. Los familiares se enteraron a la media hora del hecho y llegaron al sitio. Se conoció que manejan el crimen como resistencia al robo. “Él era buena persona, él no se metía con nadie, al contrario le hacía favores a todos allá”, cuenta llorando la mamá.
Un familiar del joven presume que a él no lo iban a robar, sino que llegaron directo contra él, pues la moto quedó en el sitio.
Ánger tenía alrededor de tres años como mototaxista, cuentan los familiares que a él le gustaba trabajar de noche, pues ganaba más dinero. Sólo trabajaba con clientes. Era el cuarto de cinco hermanos. No es primera vez que la familia pasa por esta situación, hace cinco años el hermano menor de Ánger fue asesinado de un tiro para robarle la moto.