Euseglimar González | LA PRENSA.- ¡Ay, Dios mío, qué dolor, por qué me lo quitaste!, gritaba la sobrina de Romny William Rodríguez Durán, de 27 años, quien fue asesinado de tres disparos en la espalda y glúteos.
Ayer, alrededor de las 9:00 de la mañana en el sector Los Luises, de la parroquia Unión, vecinos dejaron a un lado la tranquilidad de la mañana cuando escucharon tres detonaciones. Luego, cuando salieron a ver qué estaba sucediendo vieron a Romny tirado pidiendo ayuda.
Unos vecinos salieron de sus casas para auxiliarlo y trasladarlo hasta el CDI de la comunidad, pues el sitio en donde le dispararon a Romny queda a una cuadra del centro de salud.
Cuentan los testigos que al chamo lo cargaron entre varios hombres y corrieron hasta el CDI, pero cuando llegaron relataron que los trabajadores de la salud cerraron las puertas para que no ingresara el joven.
Los hombres que cargaban a Rodríguez decidieron trasladarlo hasta el ambulatorio del mismo sector, pidieron ayuda a los carros que pasaban, pero ninguno se les quiso parar. Cinco minutos después el chamo falleció y lo dejaron en el piso.
“¡Me lo dejaron morir. No, no, tío levántate!”, gritaba la sobrina encima del cuerpo de Romny, quien yacía en la calle frente al CDI tirado bocarriba, vestía suéter de color gris con negro y pantalón de color azul oscuro.
Romny residía en El Trompillo, un vecino al verlo tirado lo reconoció y le avisó a los familiares, quienes en apenas minutos llegaron y lo reconocieron. No podían creer lo que le había pasado.
Entre gritos y lágrimas la sobrina de Rodríguez le sobaba el rostro y decía: “Tío, por qué inventabas tanto, te vinieron a matar tan lejos de tu casa”. Al mismo tiempo hablaba con otros familiares y pedía que el culpable iba a pagar.
Según versiones de los vecinos, Romny robó una bodega y cuando caminó varias cuadras lo alcanzaron y le dispararon tres veces. Aunque otras personas señalaron que no sabían lo que había pasado, pues todo fue muy rápido y sólo escucharon las detonaciones.
En el sitio en donde le dispararon al presunto choro quedaron tres conchas de balas de 9 milímetros. Funcionarios de Polilara llegaron al sitio para resguardar la zona.
Más tarde llegaron los funcionarios del Cicpc para hacer el levantamiento del cadáver y comenzar con las investigaciones.
El cuerpo fue trasladado hasta la morgue del Hospital Central.