José Gudiño estaba de guardia nocturna y a las 4:00 a.m. de ayer repica su teléfono. Lo llamaba un vecino, quien se adelantó diciéndole: «¡Agárrate duro!», y el silencio fue corto, al escuchar que había muerto su hija Ana Carolina Gudiño. Su llanto fue incontenible, sabiendo que acababa de sufrir un accidente en moto en la avenida La Salle, frente a un reconocido centro comercial del oeste de Barquisimeto. Iban tres en la moto y presuntamente colisionaron contra un vehículo, del que desconocen características.
Transcurrieron las dos horas más largas, porque padre e hija fungen como personal de mantenimiento en el Aeropuerto Jacinto Lara. Tuvo que esperar que llegara su compañero de relevo a las 6:00 a.m. para salir corriendo a gestionar el retiro del cuerpo de su única hija a la morgue. Ella tenía 44 años de edad, trabajó el sábado hasta las 5:00 p.m., pero se retiró a compartir con varios amigos. La tragedia ocurrió cuando iban de regreso a su casa en El Garabatal.
«Cuiden a mis hijos», fue lo último que imploró estando moribunda, le comentaron a su padre. Las lágrimas bajaron por sus mejillas, lamentando que ella iba de parrillera con una compañera y no llevaban puesto el casco. El traumatismo craneoencefálico fue severo y en su cabeza tenía incrustado trozos de vidrio.
Era madre de dos hijos, de 22 años y 20 años de edad, así como abuela de un niño de 2 años, siendo el más consentido de ella.
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