viernes, 31 enero 2025
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La violencia política hacia las mujeres venezolanas en el ámbito digital

LA PRENSA DE LARA.- Las redes sociales y los espacios digitales, son un lugar para el encuentro y la interacción entre sus usuarios; herramientas funcionales para la globalización con capacidades asombrosas.

Si bien los espacios digitales y redes sociales han eliminado casi por completo las barreras jerárquicas para hacer llegar nuestras ideas y opiniones a los niveles más altos (presidentes, cargos gerenciales, comunicadores, etc.), los cuales no hubiésemos podido alcanzar en el mundo físico, también son utilizados para descargar las frustraciones e inconformidades.

Nada de lo negativo que sucede en las redes sociales se generó desde ahí. Los discursos de odio, acoso y otras formas denigrantes de expresión existen desde que ser humano apareció en la tierra, es decir, lo que ha sucedido en espacios físicos también puede suceder en los lugares virtuales. Sin embargo, las redes sociales como espacios virtuales, han potenciado estas malas prácticas, llegando a muchas más personas en menor tiempo y dando respuestas casi inmediatas.

El problema no se da cuando las opiniones enmarcadas en las inconformidades están respaldadas por argumentos que abren un debate cuya finalidad sea mejorar una situación, el problema se da al promocionar discursos agresivos o violentos que por lo general no tienen argumentos que los respalden, planteados en forma de difamación.& ;

Con relación a lo anterior, la exposición a estos discursos es generalizada y hay un gran número de infantes y jóvenes que no tienen la madurez para evaluar y/o discriminar el mensaje, y así, filtrar el contenido que les llega; al ser manejado desde las emociones y en respuesta a las interacciones de los usuarios, los algoritmos diseñados para darle a los usuarios más contenido relevante para ellos y que pases más tiempo inmerso, pueden traer como consecuencia respuestas adictivas y desequilibrios entre el espacio real y virtual.

Actualmente en Venezuela y muchas otras partes del mundo, se visualiza con frecuencia que las tendencias del momento pueden hacer que la opinión en general estigmatice determinadas personalidades que figuran en la política o ambientes públicos, sólo por el hecho de publicar una opinión, intentando cancelarlas desde una forma de «Sicariato digital», con el fin de callar sus opiniones que consideren contraproducentes para algún interés en particular.

La idea de este artículo surgió por una situación que he presenciado en mis redes. La analista política Indira Urbaneja, constantemente emite opiniones en base a sus análisis de la situación política del momento. Si bien existen controversias como resultado de sus opiniones, genera un ambiente para el debate de ideas. Sin embargo, ha manifestado públicamente que ha sido víctima de ataques que salen del ámbito político al personal, tratando de desprestigiarla con relación a su aspecto físico, condiciones médicas, relaciones personales, etc., a tal punto, que la han vinculado con personas acusadas por hechos de corrupción, sin prueba alguna, demostrando que la polarización política ha llevado a una creciente intolerancia y agresión verbal hacia las personas que piensan diferente.

Las mujeres, en particular, son frecuentemente objeto de ataques por su género, que se utilizan como herramienta para desacreditar sus opiniones y cuestionar su capacidad para participar en el debate público, siendo a menudo blanco de comentarios sexistas y misóginos, influyendo negativamente en su derecho a la participación política segura y el liderazgo. La violencia política en línea contra las mujeres también puede incluir amenazas de violencia sexual y acoso, lo que puede tener un impacto profundo en su bienestar emocional y psicológico.

Las consecuencias son graves y pueden incluir la exclusión de las mujeres del debate público, el debilitamiento de la democracia y la perpetuación de la discriminación de género. Además, el acoso y la intimidación pueden llevar a las mujeres a autocensurarse y evitar la participación en la política y en la sociedad en general, lo que nos privará de la voz y la perspectiva de la mitad de su población.

Para abordar este problema, es necesario crear políticas y programas que protejan a las mujeres de la violencia política en línea y promuevan su participación activa. Esto puede incluir medidas de seguridad en línea, campañas de sensibilización y formación sobre la violencia política en las R.R.S.S, y la promoción de la igualdad de género y la no discriminación en todas las esferas de la sociedad.

La convivencia respetuosa es fundamental en el ámbito digital, tal como en el físico.

Nadie debe ser cancelado, hostigado o difamado en ningún espacio porque viola el principio de la libertad de expresión.

Escrito por: Emilin Piña Mogollón& ;

*La Prensa de Lara no se hace responsable de las opiniones emitidas en los artículos, cuyo contenido es de entera responsabilidad de sus autores*& ;& ;

 

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