LA PRENSA DE LARA.- Hoy se puede afirmar que vivimos en una nueva época, en una nueva etapa de la vida humana, donde los grandes estudios afirman que somos seres humanos deshumanizados, donde el no pensar el no comunicarse es parte del día a día, ahora bien ¿Cómo llegamos a este punto? Se puede inferir que se viene en una destrucción sistémica de la educación, ya que en momentos pasados aprendíamos las cosas básicas acerca de este mundo y que tradicionalmente fueron los focos de la organización social y del pensamiento crítico, por otro lados se buscó acabar (y lo están logrando) con la comunicación directa entre los seres humanos, rompiendo el tejido político y el tejido social, y estas funciones se vienen cumpliendo, y por sobre todo, en las grandes ciudades y para ello las redes sociales cumplen un gran papel, dando esa ilusión de unir, solo que terminan desuniendo y haciéndonos adictos cual droga virtual, en ese sentido, y con gran conexión con lo expuesto antes pasa por la destrucción de nuestras culturas locales, generando una nube mundial cosmopolita donde consumimos solo un tipo de producción cultural creada y controlada por ellos, algo que define los valores, los modelos y los hábitos sociales de las generaciones que vienen, permitiendo así manipularnos de una forma simplificada y uniforme.& ;
El otro conector de lo antes expuesto es lo que viene sucediendo de manera muy silenciosa en la realidad virtual a la que nos enfrentamos de forma muy pasiva y muy sumisa y así lo puedo afirmar, y para esto quiero tomar del filoso Byung-Chul Han, algunas de sus referencias en función de desnudar como el sistema nos atrapa y nos lleva a perder identidad de manera muy rápida y muy lógica incluso cuando simplifica las cosas, no como la estadística. «Ya no habitamos la tierra y el cielo, sino Google Earth y la nube», sentencia Byung–Chul Han.& ;
& ;En otras palabras: el mundo se vacía de objetos y se llena de informaciones, de mensajes, de ruido digital, perdemos materia y ganamos levedad. ¿Qué significa eso? No está claro, pero el artista Salvatore Garau se está forrando con sus esculturas invisibles, la última se vendió por 28.000 euros, parece algo de ciencia ficción, solo que hoy es una realidad.
¿Qué hacer ante todo esto, y más aun quienes se supone que, con sus luchas, organizaciones, conocimientos y la mirada crítica desde los tiempos inmemorables podrían impedir el cumplimiento de esas situaciones tan preocupantes? Claro para algún sector diría que eso es normal.
El llamado reiterativo es a meter freno, a pisar duro ese pedal que no dice ¡¡¡alto!!!, vamos por un despeñadero, en fila unos detrás de otros y otras, cual llevados por El flautista de Hamelín (es un cuento popular que tiene su origen en la Alemania del siglo XVI, escrito por los Hermanos Grimm o Robert Browning, se los recomiendo), el sistema neoliberal al cual no enfrentamos es como ese flautista, que nos lleva directo a ese sin fin, donde la nada y las no-cosas pasan a ser más importantes que la vida misma, y yo sigo insistiendo que para acceder al espectáculo de la vida es indispensable pensar, y es obvio que no es fácil, ya que pasa por atreverse, e incluso a arriesgarse, aventurarse en ese viaje que no se sabe dónde llegara.
Y cierro con esta frase, si algo debemos demostrar es que la vida sin cultura, sin identidad, sin pensar, sin comunicarnos, nos lleva a perder la piel, y sin piel no tiene mucho sentido.
Gracias por leerme…& ;
Un abrazo.
Por: Gilberto Barreto
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