LA PRENSA DE LARA.- Doy gracias a Dios Todopoderoso, a su hijo Jesús el Cristo Redentor, a la Virgen María, a don Gerardo Florido y a doña Berta, por haberme permitido compartir con el Bebo, un ser especial que pertenece a la cofradía de amigos, compañeros de mi hijo Ramón Antonio y, que hicieron de mi casa su santuario…& ;
Hace muy poco tiempo, tal vez ya atormentado por un sinnúmero de problemas muy, pero muy difíciles de solucionar, en sus redes sociales, el Bebo escribió, cito:
«La batalla de la vida no siempre la gana el más fuerte, o el más ligero, porque tarde o temprano, el que gana es aquel que tiene la fe y cree poder hacerlo. La vida es corta y los días transcurren mientras nos hacemos cada segundo más viejo. A veces creemos que tenemos tiempo y en la espera del momento para hacer lo que deseamos en esto se nos pasó la misma.& ;
Vivir…& ; para eso nos trajo Dios a este mundo!
¡Pero lo hizo bajo la premisa de sus designios! ¡La madurez nos da el entendimiento de lo que él quiere que hagamos!»
Fin de la cita.
Cuenta una leyenda americana que:
«Un antiguo indio Cherokee dijo a su nieto…
Hijo mío, dentro de cada uno de nosotros hay una batalla entre dos lobos.
Uno es Malvado…& ;
Es la ira, la envidia, el resentimiento, la inferioridad, las mentiras y el ego.
El otro es Benévolo…& ;
Es la dicha, la paz, el amor, la esperanza, la humildad, la bondad, la empatía, la verdad.
El niño pensó un poco y preguntó:
¿Abuelo, que lobo gana?
El anciano respondió:
«EI que alimentas.»
Don Gerardo, doña Berta, hermanos, familiares y todos aquellos que hemos amado a Gabriel Alfonso Florido Romero, «EL BEBO», estamos atravesando por una ardua situación, tal vez una de las más arduas que pueda soportar un ser humano…
El destino le forjó problemas que constituyeron su acorralamiento y, tal vez la dignidad le llevó a optar por emprender el recorrido por solitarios recodos, más allá de donde impera la palabra siempre.
Detuvo su reloj en acción que no acepta vuelta atrás, y nos dejó la desolación a la cual conlleva su ausencia física.
Son tantos y tantos los recuerdos, vivencias compartidas desde su niñez y adolescencia, en la era como colegial, hasta pasar a la etapa universitaria; la grandiosa vivencia de las alegrías compartidas los fines de curso, los cumpleaños, las reuniones decembrinas, sus graduaciones universitarias y su desempeño como adulto… como un ser especial.
Los compadres ya jamás podrán dejar de adaptar al Bebo las palabras de Alberto Cortez…& ;
Le adeudamos la ternura
y las palabras de aliento y el abrazo;
el compartir con él la factura
que nos presenta la vida, paso a paso.
Le adeudamos la paciencia
de tolerarle las espinas más agudas;
los arrebatos de humor, la negligencia,
las vanidades, los temores y las dudas& ; & ;
Porque…& ;
Un barco frágil de papel,
parece a veces la amistad
pero jamás puede con él
la más violenta tempestad
porque ese barco de papel,
tiene aferrado a su timón
por capitán y timonel:
un corazón.
A Gabriel le adeudamos algún enfado
que perturbara sin querer su armonía;
sabemos todos que no puede ser pecado
el discutir, alguna vez, por tonterías.
Estoy seguro que nos dejó como legado
su devoción en un acorde de guitarra
y entre los versos olvidados de un poema,
su inmensa alma alma incorregible de cigarra.
Un barco frágil de papel,
parece a veces la amistad
pero jamás puede con él
la más violenta tempestad
porque ese barco de papel,
tiene aferrado a su timón
por capitán y timonel:
un corazón.
Si esta copla como el viento,
adonde quieras escucharla te reclama,
serás plural, porque lo exige el sentimiento
cuando se lleva a los hijos en el alma…& ;
Suplico a Dios su benevolencia para contigo Bebo…& ;
Doquiera que estés deseo que seas feliz y estés en paz y en armonía siempre…& ;
Dios te bendiga, te acoja en su seno y te proteja eternamente…& ;
Por: Maximiliano Pérez& ;
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