AP | LA PRENSA.- Snapchat ha conseguido construir algo perdurable a partir de fotos que desaparecían casi instantáneamente.
La creciente red social para la generación del milenio ha cambiado mucho desde que su fundador Evan Spiegel abandonó la Universidad de Stanford en 2012, cuando apenas le faltaban tres clases para graduarse. Su objetivo entonces era crear una forma rápida para que la gente enviara fotos, videos y mensajes, todos los cuales desaparecerían apenas 10 segundos después de ser vistos.
Snapchat es muy diferente de Facebook y otras redes sociales, que alientan a la gente a compartir y hacerlo a menudo, incluso esos momentos espontáneos de los que pudieran arrepentirse al día siguiente.
En contraste, Snapchat deja que la gente “muestre y comparta cosas que no quieren que duren en internet permanentemente”, dijo Ira Kalb, profesor de mercadeo en la Universidad del Sur de California.
Esa capacidad, sin embargo, asoció muy pronto a la compañía con el “sexting”, la transmisión de fotos sexualmente explícitas por mensajes con celulares. Si Snapchat no hubiera hecho nada más, pudiera haber desaparecido muy pronto, como sucede a menudo con novedades así.
En lugar de ello, Snapchat ha mostrado una capacidad de evolucionar con los usuarios. Es ahora un servicio pleno de mensajes y es popular entre los “millennials” y grandes marcas por igual. Incluso cambió su nombre a Snap Inc. y se llama a sí misma “una compañía de cámaras”.
Ahora espera entrar por la puerta grande a Wall Street. De acuerdo con reportes noticiosos, Snap se prepara para una Oferta Pública Inicial que pudiera valorarla en entre 20.000 millones y 25.000 millones de dólares. Snap declinó hacer comentarios.
Los ingresos de Span por publicidad han subido de 59 millones de dólares en 2015 a casi 367 millones en 2016, de acuerdo con eMarketer.