Moiselis Méndez | LA PRENSA DE LARA.- Según el último informe del Observatorio de Universidades (OBU), donde se plasman los hallazgos en cuanto a las condiciones de vida de los estudiantes y profesores en Venezuela, el 68% de los profesionales de la educación habían pensado en dejar su trabajo durante la pandemia, lo que corresponde a seis de cada 10 docentes encuestados, al igual que el 62% de los estudiantes habían pensado en desertar.
La encuesta se realizó a una muestra correspondiente a 4.100 estudiantes y docentes en 42 universidades públicas y 22 institutos privados de los 24 estados del territorio nacional, con el fin de analizar las condiciones de vida de las Instituciones de Educación Superior (IES) en 9 secciones (Alimentación, Salud, Transporte, Seguridad, Condiciones económicas, de estudio, servicios públicos y bienestar psicológico).
No solo es el pensamiento de deserción, pues el 85% de los profesores y el 76% de los estudiantes considera que la institución donde trabaja y/o estudia está «estancada o en retroceso» en cuanto a las condiciones actuales comparadas con los años anteriores.
Estos resultados responden al tópico de bienestar psicológico en relación al trabajo y estudio del informe, donde la Coordinadora de OBU, Yelena Salazar, destacó que esta situación no solo se ha agravado por la situación de pandemia, sino también por la crisis que atraviesa el país desde hace algunos años en diversos ámbitos.
Las condiciones y calidad de vida están asociados en las condiciones que están trabajando y estudiando, Salazar indicó que un detonante para los altos índices de deserción es en vista de que muchos estudiantes se tuvieron que retirar por el corto acceso a internet o por no tener equipos especializados para sus estudios, además de que no todas las materias se podrían estudiar de manera virtual.
Los ponentes aseguraron que las clases presenciales ya tenían dificultades antes de la pandemia, en vista del mantenimiento y vigilancia a las instalaciones educativas, transporte al personal y estudiantado, y en cuanto a los bajos salarios, reiteró necesario crear condiciones mínimas para que los estudiantes continúen en los institutos universitarios.
Cabe destacar que el 30% de los estudiantes de educación superior encuestados tienen más de 5 años estudiando, lo que pudiera estar relacionado con los porcentajes de más del 52% de frustración y el 40% de sentimiento de tristeza en medio del estudiantado.
Así como los bajos índices de remuneración, acceso a la salud y la profundización de riesgos y vulnerabilidades mantienen en situación de frustración al gremio docente, destacando que la edad promedio de los encuestados es de 52 años y una cifra importante tiene comorbilidad sintomática y está cercano al proceso de jubilación, añadiendo a esto las complicaciones evidenciadas en el tiempo de cuarentena nacional.
Deficiencia de los servicios públicos hace un recargo de trabajo
El 78% de los profesores y el 81% de los estudiantes han visto clases en pandemia, en su mayoría por educación privada, y con el uso de la red social Whatsapp, a pesar de las dificultades que ha previsto la emergencia de salud y humanitaria.
El estudio revela que la deficiencia en la adquisición de recursos tecnológicos persiste, ya que más del 50% de profesores y estudiantes no cuentan con un computador portátil, más del 80% no cuenta con un computador de escritorio y el 70% cuenta con un teléfono propio para acceder e impartir clases.
El uso del dispositivo para acceder a la educación, representa una «recarga en el presupuesto familiar» en vista de que el 83% de los profesores y estudiantes manifiestan que su conexión a internet es de regular a mala, y ante el 50% de los mismos que aseguran que el servicio de luz ha sido interrumpido entre clases, lo que supone el consumo mayor de datos móviles.
El 60% de los docentes y el 48% de los estudiantes no cuentan con el servicio de energía eléctrica continuo, con mayores incidencias en la región de Guayana, Capital y Occidental.
El 66% de los profesores no tienen servicio de agua continuo y el 54% de los profesores utiliza electricidad para cocinar, y el 13% de los mismos utiliza leña para cocinar sus alimentos. El 59% de docentes y 48% de estudiantes no había utilizado gas por bombona en los últimos 6 meses.
Las regiones más golpeadas por la vulneración de los servicios públicos son las de Guayana, Occidental y Capital.
Salud en deterioro
Ante la pandemia del covid-19, el 88% de profesores y el 95% de alumnos no había recibido ni siquiera la primera dosis de vacunación contra el virus, a lo que se antepone el 12% de los profesores y el 17% de estudiantes han padecido de la enfermedad por coronavirus. Esto se debe a que los universitarios no han sido incluidos dentro de la población priorizada en las jornadas de vacunación.
En Julio del 2021 se había anunciado la inclusión de los estudiantes y profesores a las jornadas de vacunación, sin embargo, aún no se tienen información exacta de ello.
El 78% de la población evaluada no se había realizado ninguna prueba de triaje o PCR para descartar la presencia del virus, y la mayoría de los que se habían contagiado fueron atendidos en sus hogares.
Como señal de alerta, el 22% de los profesionales sufren de hipertensión arterial, y el 30% tiene el diagnóstico de miopía, por la insuficiencia médica para el personal universitario en los centro de salud designados propiamente para los mismos, profesores habían denunciado que no se cambian sus lentes desde hace 1 y 3 años.
El 93% tienen dificultades para adquirir sus medicamentos, y el 59% ha tenido que recurrir a la venta o intercambio de bienes personales para cubrir gastos de salud.
Las más propensas son las mujeres, las cuales tienen tendencia a padecimientos de la cervical, tiroides, enfermedades crónicas y degenerativas.
Sumándose a esto, el 33% de los profesores realiza menos de tres comidas al día, el 48% en la región nororiental realiza menos de tres comidas al dia. En su plato diario predomina en gran manera los carbohidratos: pan, arroz, pasta y arepa. Lo que ocasiona pérdida de masa muscular, anemia, entre otras patologías
En lo que va del 2021 ha empeorado el sistema de alimentación por las condiciones económicas.
7 de cada 10 profesores realiza trabajos independientes para obtener ingresos extras, mientras que el 28% no lo hace. El 32% recibe bonos del sector público y el 25% no lo recibe. El sueldo base es de acuerdo al salario mínimo ubicado en 10 millones de bolívares, sin embargo, los titulares del sector privado pueden generar un aproximado de 11 dólares mensuales.
Al igual que 6 de cada 10 de estudiantes tienen que recurrir a alguna u otra actividad para generar ingresos, el 15% recibe ayudas de algún familiar, y el 97% de los jóvenes de educación pública no recibe becas y el 92% no recibe bonos del gobierno.