EFE | LA PRENSA DE LARA.- Más de 91 millones de africanos padecen hepatitis B o C, que son las cepas más mortales del virus causante de esa infección, según un estudio publicado este miércoles por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El estudio, divulgado en la víspera del Día Mundial de la Hepatitis, que se celebra el 28 de julio, se centra en la hepatitis B y C, que provocan cirrosis hepática y cáncer.
Según la investigación, en 19 países más de 8% de la población está infectada con hepatitis B, mientras que en 18 países más de 1% de la población vive con hepatitis C.
En 2020, la región africana representó 26% de los casos mundiales de hepatitis B y C y acumuló 125.000 muertes asociadas.
Alrededor de 70% de las infecciones por hepatitis B en todo el mundo se producen en África, indicó la OMS, al precisar que pueden pasar décadas después de la infección por el virus antes de que una persona comience a manifestar síntomas.
«Lo que es particularmente preocupante para el futuro es que la región representa 70% de los casos mundiales de Hepatitis B encontrados entre niñ;os menores de 5 añ;os, con 4,5 millones de niñ;os africanos infectados», subrayó.
Actualmente, 33 países tienen una prevalencia de hepatitis B de más de 1% entre los niñ;os menores de 5 añ;os, lo que representa una pequeñ;a mejora respecto a los 40 países que presentaban esa prevalencia en 2019.
«Se ha llamado a la hepatitis la epidemia silenciosa, pero este estudio está haciendo sonar una alarma para que la región y el mundo la escuchen», afirmó la directora regional de la OMS para África, Matshidiso Moeti.
«Debemos hacerlo mejor -subrayó Moeti- y evitar que esta enfermedad nos robe el futuro de nuestros hijos. Existe una vacuna segura y eficaz que ofrece casi 100% de protección contra la hepatitis B, una de las cepas más letales del virus».
«Debemos asegurarnos de que todos los niñ;os africanos sean vacunados dentro de las 24 horas posteriores a su nacimiento y se les haga un seguimiento con dos o más dosis de la vacuna», agregó la directora.
La hepatitis se puede propagar a través de productos sanguíneos contaminados, por lo que se necesitan mayores garantías en África, donde sólo 80% de las donaciones de sangre se analizan con control de calidad, mientras 5% de las jeringas se reutilizan, de acuerdo con la agencia de la ONU.
Además, las tasas de diagnóstico y tratamiento son «alarmantemente bajas». En 2021, solo 2% de las personas infectadas con hepatitis B fueron diagnosticadas y solo 0,1% recibieron tratamiento.
En el caso de la hepatitis C, se diagnosticó a 5% de las personas infectadas y cerca de 0% recibió tratamiento.
«Para cambiar el rumbo, los servicios de hepatitis deben pasar de las clínicas especializadas a instalaciones descentralizadas e integradas donde la mayoría de los africanos todavía buscan atención», concluyó Moeti.