Agencias | LA PRENSA DE LARA.- En medio de la controversia sobre el fin del mandato de Jovenel Moise, autoridades de Haití afirman haber evitado un intento de asesinar al presidente y de tumbar su gobierno a través de un golpe de Estado.
Los partidos de la oposición nombraron, por su parte, a un líder de transición frente a Moise, al que acusan de haber prolongado ilegalmente su mandato de un año.
El plan fue un «intento de golpe de Estado», según el ministro de Justicia, Rockefeller Vincent. Otras fuentes oficiales dijeron que 23 personas fueron detenidas, entre ellas, un magistrado y una oficial de la policía nacional.
Leon Charles, director de la Policía Nacional de Haití, dijo que los agentes incautaron documentos, dinero en efectivo y varias armas, incluidos rifles de asalto, una metralleta Uzi, pistolas y machetes.
En un mensaje de vídeo transmitido durante la noche, un magistrado de 72 años, Joseph Mécène Jean-Louis, miembro del Tribunal de Casación desde 2011, leyó un breve discurso en el que dijo que «acepta la elección de la oposición y de la sociedad civil para poder servir al país como presidente interino de la transición».
La designación se produce después de que la oposición política, el poder judicial y muchas organizaciones de la sociedad civil consideraron como el último día en el poder de Jovenel Moise.
El presidente afirma que su mandato al frente del país caribeño se extiende hasta el 7 de febrero de 2022. El desacuerdo sobre la fecha surgió porque Moise fue elegido en una votación anulada por fraude, antes de ser reelegido un año después.
«Estamos esperando que Jovenel Moise abandone el palacio nacional para poder proceder a la instalación de Mécene Jean-Louis», declaró a la prensa el opositor André Michel.
Mientras tanto la oposición política niega que haya habido un intento de golpe.
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«No se hace un golpe de Estado con dos pistolas, tres o cuatro fusiles», dijo Michel, y estimó que el presidente «eligió la vía de la represión política». «Si ya no es presidente no se puede hablar de golpe de Estado», agregó.
Moise gobierna sin el control del poder legislativo desde el año pasado y dice que se mantendrá en el cargo hasta el 7 de febrero de 2022, en una interpretación de la Constitución rechazada por la oposición, que ha desatado protestas por considerar que su mandato terminaba el domingo.
Estados Unidos aceptó el viernes la posición de Moise. El portavoz del Departamento de Estado, Ned Prince, dijo que Washington ha pedido «elecciones legislativas libres y justas para que el Congreso pueda retomar el poder que le corresponde».
La disputa sobre el fin del mandato es consecuencia de la primera elección de Moise.
En octubre de 2015 fue electo para un mandato de cinco años en comicios cuyo escrutinio fue cancelado por fraudes y luego volvió a ser elegido un año después.
Tras esa última elección, las manifestaciones exigiendo su dimisión se intensificaron en el verano boreal de 2018.
Ese año debían realizarse elecciones legislativas y municipales pero fueron aplazadas y generaron un vacío de poder, y Moise dice estar habilitado para seguir en el cargo por otro año.
En los últimos años, la sociedad civil se ha abocado a protestar contra la corrupción y la inseguridad por la proliferación de pandillas en todo el país.
Apoyo de EE. UU.
La oposición política y los actores de la sociedad civil de Haití le pidieron el pasado sábado a Estados Unidos a que respete la soberanía del país, tras el apoyo ofrecido por Washington a su contestado presidente, acusado de tratar de prolongar ilegalmente su mandato.
Ned Price, portavoz del Departamento de Estado estadounidense, afirmó el viernes que un nuevo gobernante electo debería «suceder al presidente Jovenel Moise al final de su mandato, el 7 de febrero de 2022».
Esa fecha es contestada por una parte de la población de Haití, que estima que el mandato de cinco años de Moise termina un año antes, este domingo.
La declaración estadounidense «no tiene ninguna importancia política, puede que sea una maniobra que busca romper la movilización popular en el terreno», reaccionó el opositor André Michel. «Ningún país puede pedirnos aceptar la violación de nuestra constitución».
Fuente: Revista Semana