miércoles, 6 noviembre 2024
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Venezolanos están condenados a vivir en tinieblas

Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Que las comunidades en Lara pasen hasta 32 horas sin electricidad a la semana, según el conteo que realiza la asociación civil Activos por la Luz en algunas zonas de Barquisimeto e Iribarren, luego de un año, siete meses y 23 días desde que se registró el mega apagón nacional el 7 de marzo de 2019, sólo tiene una explicación lógica: según expertos eléctricos en todo este tiempo, el Estado no ha hecho las inversiones, ni ha aplicado el mantenimiento que requiere el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), en detrimento de la calidad de vida de los venezolanos.

Ingenieros eléctricos en la entidad estiman que el país requiere una inversión aproximada de 30 mil millones de dólares en un lapso de trabajo de 15 años, para lograr tener la misma generación eléctrica de 1998, donde la industria tenía una capacidad instalada de 20 mil megavatios (MW), entre producción eléctrica hidráulica y térmica, y donde se atendía con creces la demanda nacional que para la época era de tan sólo de 11 mil MW.

«Hoy la realidad es otra, la generación hidroeléctrica cubre tan sólo el 80% de la demanda nacional. Se generan 8.500 MW cuando la demanda se ha incrementado a 12.500 MW, es decir hay un déficit que el Estado raciona de 4000 MW diarios», precisó Joe Carrillo, vicepresidente de la Asociación Venezolana de Ingenieros Electricistas, Mecánicos y Profesiones Afines (AVIEM), en la entidad. Esto ocurre a pesar que la nación tiene una capacidad instalada para producir 34000 MW, es decir, Venezuela fácilmente podría estar exportando electricidad, pero las condiciones de vida de la población han retrocedido a inicios del siglo XX, cuando las noches se pasaban a oscuras o a la luz de lámparas y velas.

El debate sobre cuántos recursos se requieren para recuperar el SEN es variado, un estudio reciente que publicó la agencia de noticias internacional EFE, revela que la reactivación total del sector podría costar entre 15 mil y 18 millones de dólares y la duración aproximada sería de tres años.

«Hay que ver el monstruo desde adentro para determinar con precisión cuánto costaría recuperar el SEN, qué tan dañadas o graves están las termoeléctricas e hidroeléctricas del país, porque lamentablemente el gobierno y Corpoelec manejan todo con opacidad», soltó Julio Gutiérrez, vicepresidente del Colegio de Ingenieros en Lara.

Afirma que el daño es estructural. «El 90% de las termoeléctricas del país están inoperativas. Aunado a esto han salido de funcionamiento por fenómenos climatológicos como sequías dos complejos hidroeléctricos, uno en el estado Barinas, el Uribante Caparo, y otro en Mérida, el Leonardo Ruiz Pineda, lo que hace que la región andina sea cada vez más dependiente del SEN, o de la generación hidroléctrica del sur del país», explicó.

Resaltó que así como las termoeléctricas del país están paralizadas porque los motores no funcionan o están obsoletos, igual ocurre con las dos salas de máquinas del embalse el Guri, con las tres salas de máquina que tiene la represa Macagua y con las que tiene Caruachi, todas ubicadas en el estado Bolívar. «En las hidroeléctricas están saliendo algunas turbinas de funcionamiento porque no les pueden dar el mantenimiento adecuado. Va a llegar un momento en que el colapso será total porque están muy deterioradas», alertó.

Precisó que la vulnerabilidad del SEN es cada día más evidente por el deterioro de la infraestructura de Corpoelec, y por el éxodo de especialistas y técnicos que ha habido en la empresa estatal. Según informó Oswaldo Méndez, secretario general del& ;& ;Sindicato& ;de Corpoelec& ;en Lara, en agosto el 50% del personal había renunciado por los bajos salarios. «En 2013 la industria eléctrica tenía una nómina de 36 mil empleados, hoy es de 12 mil a nivel nacional». Detallando que los trabajadores prefieren abandonar sus puestos de trabajo por los bajos salarios que devengan al mes, que no les permite adquirir ni el 1% de la canasta básica alimentaria.

Reveló la situación en Lara del 11 al 25 de octubre, cuando las comunidades registraron cortes eléctricos que superaban las ocho horas diarias. «Están aumentando los circuitos y las horas de racionamiento pasando de tres y cuatro horas a seis y ocho horas de apagón. Esto se debe a que Lara es cada vez más dependiente del SEN, porque las únicas dos plantas termoeléctricas que funcionan, Planta Dos en la Zona Industrial Uno y Planta Tres en la Zona Industrial Tres, sólo aportan en conjunto 32 megavatios (MW) al sistema interconectado, aun cuando la demanda regional es de 500 MW aproximadamente.

«Aunque no existe la misma cantidad de industrias produciendo por la paralización económica, la demanda de energía aumenta por el número de personas que requieren usar cocinas y hornos eléctricas para preparar alimentos ante la escasez de gas doméstico», apuntó. Sostiene que el problema regional también radica en las erradas políticas que a su juicio ha implementado la gerencia de Corpoelec, a la fecha no han informado un cronograma de racionamiento para que los ciudadanos se planifiquen.

«Hemos exigido la instalación de mesas técnicas para que trabajadores y directivos de Corpoelec logren aplicar un plan eficiente de recuperación eléctrica, las solicitudes han sido ignoradas», apuntó.

Sin combustible para funcionar

Fuentes de la Asociación Venezolana de Ingenieros Electricistas, Mecánicos y Profesiones Afines (AVIEM), informaron a LA PRENSA, que otro factor que afecta el servicio eléctrico en Venezuela es la escasez de combustibles como gas o gasoil que se registra en el país por la caída a niveles históricos de la producción petrolera. Estos combustibles son los que mantienen funcionando las plantas termoeléctricas del país.

«El gas no llega con la presión requerida a las tuberías de suministro de las centrales termoeléctricas, debido a que la producción de petróleo ha bajado, lo que provoca que queden prácticamente fuera de servicio», apuntó un ingeniero eléctrico de AVIEM. Según el Sindicato de Corpoelec, de tres plantas termoeléctricas en Lara, sólo funcionan dos y al mínimo de su capacidad.

Ocho comunidades afectadas

El Tocuyo, municipio Morán, La Piedad, La Mora y Los Yabos en el municipio Palavecino y Nueva Segovia, Barici, Los Apamates, Colinas del Turbio en el este de Iribarren, son los lugares que registraron más horas sin servicio eléctrico en la semana del 19 al 25 de octubre según la organización civil Activos por la Luz.

Su presidente y además vicepresidente de la extinta empresas Energía Eléctrica de Barquisimeto (ENELBAR), Raúl Azparren, informó que estos cortes se han aplicado hasta por más de 8 horas en algunos lugares y en horas de la madrugada.

«No hay una explicación lógica de porqué aplican estos cortes en horas donde la demanda de energía es mínima. Los cortes deberían aplicarse en las horas picos, de mayor consumo, de nueve a 10 de la mañana, de tres a cuatro de la tarde y de siete a ocho de la noche», acotó el ingeniero eléctrico.

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