María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Ante un panorama en el que la educación está desasistida, pensar en un retorno a clases presenciales como lo plantea el Gobierno nacional para el mes de octubre, requiere de un esfuerzo titánico porque el gremio asegura que no hay condiciones socioeconómicas ni mucho menos de bioseguridad.
Las infraestructuras de los planteles educativos deterioradas, con grietas en paredes y techos y hasta desvalijadas es lo que se ve ante la falta de políticas educativas por parte del Gobierno nacional. Los sindicatos de Lara aseguran que el 90% de las instituciones no están en condiciones para recibir estudiantes y profesores.
Jesús Echeverría, miembro del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación en Lara, (Sutelara), dijo que el sector se encuentra totalmente desasistido y uno de los retos que deben enfrentar las autoridades es recuperar ese deterioro, que vale mencionar viene desde hace unos tres años atrás, pero que con la llegada de la pandemia se agudizó.
Echeverría dijo que el Estado no aprovechó estos meses de soledad para realizar reparaciones e incluso construcción de infraestructura escolar. «A eso se le une que hay falta de servicios públicos, como el agua e insumos de aseo e higiene».
Luis Arroyo, presidente del Colegio de Profesores, dijo que la mayor exigencia que tienen al pensar en un posible regreso a clases en octubre es la vacunación masiva, mientras que a eso se le suman beneficios sociales y económicos para los trabajadores.
Esa es la misma petición que tiene el sector universitario. «Porque no hay condiciones para las clases presenciales, necesitamos un plan de vacunación con una que esté certificada y aprobada», dijo Gonzalo Meléndez, presidente de la Asociación de Profesores de la Unexpo (Apunexpo).
Gran reto
Los docentes también se enfrentan a un enorme reto, en el caso que las clases presenciales sean para el mes de octubre ante las pocas condiciones. Tendrán que toparse con estudiantes desnivelados porque no recibieron la misma preparación durante el año escolar a distancia, donde deben retomar y nivelar todas las deficiencias que tengan los estudiantes.
Se le suma dar clases en instituciones desmanteladas, donde la mayoría de los equipos de laboratorios ya no estarán para las prácticas, trabajando en la educación a medias.