RODRIGUEZ/SOSA | LA PRENSA.- Marlene Camacho caminaba tranquilamente por las calles de Carora cuando sintió un fuerte dolor que le invadió todo el cuerpo producto de varias picadas de insectos. Se trataba de abejas africanizadas que están invadiendo el Municipio Torres y atacando a cuanto ser vivo se les atraviesa.
Afortunadamente la señora Camacho no era alérgica al veneno de las abejas y sólo pasó un par de horas hospitalizada. No sólo las personas son víctimas de estos mal humorados animalitos, pues en varias haciendas de la zona han identificado vacas, caballos, perros y hasta gallinas muertas a causa de las picaduras.
Este tipo de amenazas se presentan más que todo el época de lluvia porque la humedad favorece su reproducción. Generalmente, los insectos como animales que son, su hábitat natural es el monte y la naturaleza, pero como el mundo ha crecido y Carora no escapa de este crecimiento, es como si el ser humano les quitara su territorio con la urbanización que elimina áreas verdes y ahuyentan a las abejas que se van para otro lado a hacer sus nidos o panales en cauchos, bateas, porches de casa o cualquier lugar que les brinde un poco de oscuridad y resguardo y se muestran agresivas cuando sienten que algo invade su territorio.