Shamira Padua | LA PRENSA.- Propietarios de restaurantes hacen de tripas corazones para poder mantener el negocio a flote, debido a la escasez de algunos alimentos como la harina, arroz y pasta, y el constante cambio de precios del pollo y la carne.
Luis Duarte, propietario de Bandeja Paisa, explicó que aún cuando el precio del pollo está fijado en Bs. 24.500, ha tenido que comprarlo en 195 mil el kilo. “Un solo pollo puede llegar a costar hasta Bs. 500 mil, y eso afecta al precio del platillo que ofrecemos con pollo en cualquiera de sus presentaciones”, expresó.
Esta variación de costo también se presenta con la carne de res, cuyo precio está regulado por la Sundde en 75 mil bolos, pero su precio real en comercios y frigoríficos supera los 200 mil.
Ante esta constante variación de precios de insumos, los comerciantes están ofreciendo otras alternativas más asequibles a sus clientes, por lo que han ampliado la carta que ahora incluye servicio de sopas bien resueltas, parrilla y hasta comida chatarra.
Desaparecen
Si bien cumplir con el menú resulta difícil, ofrecer otros servicios como jugos naturales o postres es totalmente imposible debido principalmente al alto precio que registra la azúcar.
En algunos negocios ya es común sólo ofrecer agua o cuando mucho un Nestea que no necesita tanta azúcar. Ahora bien, los tradicionales dulces de lechosa, cabello de ángel, quesillo o torta de chocolate han desaparecido en su totalidad de los restaurantes, y es que debido al alto precio del azúcar, leche y harina de trigo no resulta nada rentable invertir en un postre que muy pocos podrán pagar, pues el precio puede llegar hasta los Bs. 35 mil.