Osman Rojas | LA PRENSA de Lara.- La leche fue sacada de la tierra. Con esa expresión algunos habitantes de Quíbor, municipio Jiménez explicaron lo sucedido en la finca La Guadalupita (vía al Paraparo) el pasado jueves 27 de junio, cuando un grupo de personas empezó a desenterrar y a consumir leche, aparentemente, dañada.
«La gente se volvió loca y sacaba la leche por sacos. Al ver que el empaque decía La Pastoreña empezaron a abrirlas allí mismo. Eso estaba caliente y así se lo tomaban. Otros fueron más vivos y se llevaron el producto para venderlo en el centro de Quíbor», comentaron habitantes de la zona cuando LA PRENSA logró ver los restos de cartones que dejaron ese día.
Según explican las personas consultadas, el movimiento en la finca empezó el miércoles 26 cuando 16 camiones, no identificados, pasaron por esa vía.
«Llamó mucho la atención porque esta no es carretera de carga», decían. Según datos aportados por la Contraloría Sanitaria y por representantes de la Alcaldía de Jiménez, fueron 432 mil 264 litros de leche enterrados. Este producto habría sido descartado por la empresa La Pastoreña porque, según Máryori Chávez, contralora sanitaria de Lara, la leche estaba contaminada con un bacillus cereus (bacteria que causa envenenamiento).
«Se hicieron estudios en la UCLA y la empresa se dio cuenta que la leche no estaba apta para el consumo humano. Por eso se procedió a destruir el producto», confirmó Chávez cuando se le consultó lo ocurrido en Quíbor la semana pasada. La contralora explica que el producto fue enterrado y luego se le pasó una máquina de oruga con el objetivo de destruir los envases y evitar que la gente lo consumiera, pero esto no se logró del todo pues algunos cientos de litros quedaron intactos y fueron consumidos por lugareños.
Las causas del envenenamiento de la leche se desconocen; sin embargo, se estima que el producto pudo ser contaminado en el proceso de empaquetamiento. «Generalmente, cuando la leche está mala, los productores se dan cuenta al hacer las pruebas pertinentes. Posiblemente, el producto llegó bien a la planta y se contaminó luego», explica una fuente ligada a la Contraloría Sanitaria cuando denunciaron lo ocurrido.
¿Por qué la leche fue enterrada y no enviada a otro lugar, como el vertedero de Pavia? Es otra de las interrogantes que surgen con este caso, pues con eso se hubiese evitado que algunos curiosos entraran y consumieran el producto.