María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Proyectos, mantenimientos de manera eficiente y soluciones en las comunidades eran características de Hidrolara en los años 90, que con el pasar del tiempo se fueron perdiendo porque ya no cuentan con autonomía financiera al no cobrar una tarifa por el servicio. Eso surge ante políticas socialistas que colocan por encima el predominio político en lugar de lo técnico y económico.
Tal análisis lo hace Julio Gutiérrez, vicepresidente del Colegio de Ingenieros del estado Lara, quien explica que en los años 90 la hidrológica contaba con una autonomía financiera que le permitía mantenerse con el 51 % de recursos provenientes de la Gobernación de Lara y el otro 49 % de las tarifas que recaudaban a través de los nueve municipios, mientras que hoy el servicio ni siquiera se cobra y no tienen cómo mantener operativa a Hidrolara y que pueda garantizar un buen servicio.
Gutiérrez, quien además formó parte de la Gerencia de Hidrolara durante el gobierno de Henri Falcón, dijo que hoy la empresa no cuenta con autonomía financiera, pues desde el 2000 se vienen aplicando políticas socialistas dejando de un lado la parte técnica y económica.
Detalló que para el año 2005 ya se veía cómo la autonomía financiera iba mermando, mientras que la gota que derramó el vaso fue en el 2018, cuando hubo un declive y ya no había un servicio eficiente. Agregó que el 80 % del ingreso para el mantenimiento de Hidrolara dependía de la recaudación de las tarifas, pero la hiperinflación se tragaba lo poco que ingresaba, pues para nadie es un secreto que la hidrológica no obliga a sus clientes a cancelar por el servicio.
Esa gran falta de inversión se ve reflejada en las comunidades de Lara, en donde hay botes de aguas blancas y negras que permanecen por meses ante la falta de recursos y materiales. Tal es el caso de la comunidad Don Pablo Suárez, a 50 metros de la Comandancia de la Policía de Lara, en Barquisimeto, donde ya tienen varias semanas con un bote de aguas blancas que tiene tres filtraciones afectando a unas 410 familias.
Los vecinos cuentan que mientras en algunas comunidades no les llega ni una gota de agua, a ellos se les pierde por las filtraciones. A pesar que ya hicieron el reporte en Hidrolara, siguen sin una solución.
Lo mismo sucede en Barrio Unión, donde no solamente los vecinos están sumergidos en aguas blancas, sino también en desborde de cloacas que causan enfermedades y bacterias. Tito Sánchez, dirigente social, dijo que en la carrera 4 con calle 13 de Barrio Unión tienen más de seis meses con un bote de aguas negras. «No solamente hago un llamado a Hidrolara, sino también a la gobernación y a la alcaldía para que solucionen».
Sánchez explicó que Hidrolara envió una cuadrilla que no logró solucionar el problema por falta de equipos. En la carrera 1 entre 11 y 12 de Barrio Unión el agua blanca recorre las calles, cuyos vecinos piden que resuelvan este problema pues ya suman más de dos semanas.
En comunidades como Santa Isabel, San Francisco, Ruiz Pineda e incluso avenidas principales como la Vargas hay botes de agua en donde se pierden miles de litros del vital líquido, mientras que a eso se le suma que causa daños en el asfaltado, pues vecinos han reportado que se está hundiendo el pavimento, como en el caso de la avenida Los Horcones con callejón Las Margaritas.
Los vecinos cuentan que ellos están cansados de hacer los reportes de las averías, bien sea por aguas blancas o negras. Betty Vargas, quien es vecina en Barrio Unión, señaló que si bien los botes de agua potable son imperdonables porque es un recurso que no llega a todas las comunidades, convivir con un bote de aguas negras es peor, pues los malos olores no los dejan ni comer. «El olor putrefacto abarca hasta tres cuadras del epicentro del bote de aguas negras», agregó.
Gutiérrez dijo que esa es una muestra de los 21 años de desinversión, porque hoy Hidrolara no tiene capacidad para cubrir las denuncias de las comunidades. Explicó que antes podían dar respuesta en un máximo de una semana, dependiendo la gravedad de cada denuncia, pero hoy pasan hasta meses y no han solucionado.
Sin culminar
Al pasar por algunas comunidades de Barquisimeto se puede observar cómo algunos trabajos de reparación, bien sea de aguas blancas o negras quedan inconclusos pues arreglan el desborde, pero dejan el hueco y la tierra.
Tal es el caso que ocurrió en la avenida principal de Barrio Unión, donde primero tenían un colapso de cloacas, la cual se desbordó por toda la calle por más de seis meses, pero cuando Hidrolara lo solventó dejaron un hueco y la tierra en toda la vía, lo que puede causar hasta un accidente.
En otros casos, ante la ausencia de autonomía financiera las personas deben hacer trabajos a través de autogestión o incluso colaborar por lo menos con el almuerzo de los trabajadores para que hagan las reparaciones. Algunas comunidades, como en el caso de la Ruezga Sur han recaudado una bolsa de comida para entregársela a las cuadrillas.
Julio Gutiérrez explicó que ante la contingencia, Hidrolara sólo ejecuta trabajos correctivos en lugar de preventivos, lo cual comienza a pasar factura. Por ejemplo, a los motores que se encuentran en los embalses para enviar el agua a Lara tienen una vida útil porque trabajan todos los días del año y no le hacen mantenimiento preventivo para alargar sus años de vida útil.
El ingeniero explicó, que caso similar es lo que ocurrió con el desprendimiento de una tubería de la represa Dos Cerritos que colapsó por no hacerle un mantenimiento preventivo como corresponde.
Lo mismo sucede con el suministro de agua potable, que también se ve afectado y llega con turbidez. «Porque Hidrolara no cuenta con el recurso financiero para comprar el gas cloro y el sulfato de aluminio, que son químicos para potabilizar el agua» y que eliminan el mal olor y el color oscuro, evitando también los parásitos y bacterias que causan enfermedades.
Proyecto quedó en el olvido
En el año 2005 había un proyecto que entregó Hidrolara para realizar drenajes y acueductos para aguas negras en las urbanizaciones más antiguas de Barquisimeto, que son La Carucieña y la Ruezga tanto Sur como Norte, y que hoy no se materializaron.
Con una inversión de 85.000.000 bolívares para el 2005, la hidrológica presentó el proyecto con el fin de hacer trabajos de envergadura donde iban a cambiar la red de acueductos en La Carucieña y la Ruezga Sur y Norte. «Había capacidad presupuestaria para hacerlo, pero eso quedó así», dijo Julio Gutiérrez, vicepresidente del Colegio de Ingenieros de Lara.
Gutiérrez agregó que la consecuencia que se tiene hoy es que esos sectores de Barquisimeto viven con las tuberías de aguas negras porque en su momento donde hubo el proyecto y el presupuesto no se realizó, cosa que hoy ante la falta de autonomía financiera no se puede realizar porque necesitan bastante dinero para realizar esas obras, pero el Gobierno no dio ninguna respuesta.
Reparaciones y mantenimientos
Algunas reparaciones y mantenimiento en bocas de visita y cachimbos está haciendo Hidrolara, con la finalidad de solventar la obstrucción de las aguas servidas en Barquisimeto.
Usando algunos resortes y herramientas menores, la hidrológica realiza los mantenimientos con el fin de beneficiar a los residentes. Tal es el caso de una boca de visita a la que le hicieron mantenimiento usando guayas en la urbanización Bararida, siendo beneficiados 60 habitantes.
Según datos publicados por Hidrolara, en la urbanización El Obelisco realizan el mantenimiento de las tanquillas quedando libre de obstrucción, mientras que en La Cruz se beneficiaron 100 vecinos al solventar un desborde de aguas servidas.
Desde Hidrolara también realizan reuniones con líderes políticos de las comunidades de la parroquia Ana Soto, con el fin de inspeccionar filtraciones, además de ubicar válvulas y determinar otros trabajos que se pueden hacer.