Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Preocupación es lo que sienten industriales de Lara por la caída de las ventas que se han registrado en los primeros 62 días del año. «Hay fábricas de alimentos que acumulan inventarios de más de 800 toneladas en sus almacenes porque proveedores y comerciantes han venido disminuyendo la compra de mercancía desde diciembre de 2022, debido a que los productos no están saliendo como antes por el menguado salario que tienen los venezolanos«, exclamó Giorgio Reni, expresidente de la Cámara de Industriales.
Al sector privado le afecta que aproximadamente ocho millones de personas que son nómina del Estado venezolano ganen un salario base de 130 bolívares que equivale a 5,3 dólares, y estén recibiendo bonos vía carnet de la patria al mes, que en el caso de los trabajadores públicos en febrero fue de 720 bolívares ($29) y en el caso de los pensionados fue de 360 bolívares ($14). Eso representa que no pueden adquirir ni el 16% de la canasta alimentaria familiar, que en el mes de enero tuvo un precio de $486,87, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
«Por ejemplo, hay una empresa de harina precocida en Lara que acumula 800 toneladas de producción almacenada, cuando en años anteriores lo máximo que dejaban en sus silos eran 200 toneladas. Sus dueños están considerando crear empaques de 500 gramos porque han detectado que las personas tratan de rendir su salario y cada día compran menos cantidad«, apuntó Reni.
Según informó Mahomed Hussein, vicepresidente de Fedecámaras Lara y directivo de la Cámara de Industriales, la disminución en las ventas oscila entre un 20 y 30% en el sector de manufactura. «Si al comercio se le trancan las ventas, al cabo de dos o tres meses se le trancan también las ventas a la industria y eso es lo que venimos registrando, un frenazo económico en todos los sectores industriales, eso incluye alimentos y el sector farmacéutico, que desde 2020 por la pandemia venían registrando mayor demanda y una recuperación acelerada. Ahora hasta ellos registran un estancamiento», expresó.
De acuerdo con declaraciones de Álvaro Burgos, presidente de la junta directiva de la Cámara Venezolana de la Industria de los Alimentos (Cavidea) registradas por medios nacionales el 27 de febrero, las industrias de alimentos tienen una capacidad instalada de 37%. Se han logrado mantener, aunque no tienen un crecimiento exponencial.
Omar Álvarez, directivo del Colegio de Farmacéuticos de Lara, informó que en los primeros dos meses de febrero han cerrado 10 farmacias en Barquisimeto. «Está pasando igual que con los bodegones, se está desinflando la burbuja. Desde 2019 venían proliferando farmacias en el país que generaban fuentes de empleo porque podían importar medicamentos sin pagar aranceles aduaneros ni IVA, y sin pasar por un registro sanitario. Esas personas que instalaban esas farmacias no tenían idea de cómo era el negocio e irrespetaban la ley. Al registrar una disminución en sus ventas terminaron quebrando rápidamente«, indicó.
Joel Segura, presidente de la Cámara de Industriales de Lara, apuntó que en 2022 se registró una leve recuperación impulsado por la esperanza de una mejora económica. «El abrir la frontera comercial entre Colombia y Venezuela llenó de optimismo a todos, pero no ha ayudado el hecho de que el crédito para el consumo siga estando en cero, y los créditos productivos para las empresas siga siendo muy limitado, por eso comenzamos a caer en un aletargamiento«, resaltó.