Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- El descontento del personal se siente hasta en los pasillos del hospital central Antonio María Pineda, con las nuevas designaciones de jefes de servicios y que deja especial atención en Ginecobstetricia, donde las alarmas se encendieron frente a las denuncias públicas con 10 decesos en diciembre de 2021. El gremio médico cuestiona tales designaciones frente a las fallas en gerencia que empiezan por incumplimiento de estatutos, sin registros de morbimortalidad y ni la dotación en insumos que condena a 98% de cobertura por parte del paciente.
Los cambios se dieron este 3 de enero con la designación del jefe de departamento, de sala de parto y maternidades. Luego que en diciembre registró hasta 10 casos de denuncias públicas, porque las cifras oficiales no se conocen ante la negativa de respuesta de Javier Cabrera, autoridad regional de Salud y que según una fuente interna causó conmoción en un equipo de guardia, cuando en 24 horas fallecieron 3 parturientas jóvenes y principalmente a causa de preeclampsia, donde se evidencia esa deficiencia en programas de atención con embarazadas que no cumplen su debido control prenatal ni el tratamiento vitamínico, con hierro y calcio. También contó del colapso al considerar el ingreso de pacientes de otros estados y que en un turno se llegaron a atender hasta 18 cesáreas y 30 partos, entre las fallas de insumos para una atención oportuna.
La remoción de autoridades violó el estatuto hospitalario, que debió ser por votación directa y termina siendo por directivos, sin reconocer los méritos del personal calificado. Así lo confirma René Rivas, presidente de Colegio de Médicos de Lara, al señalar que se puede estar ante un fracaso que no lleve a disminuir las muertes maternas, cuando ni siquiera se cuenta con la dotación y hasta la solicitud del kit quirúrgico, puede representar retraso a pabellón, cuando los familiares de los pacientes no encuentran de inmediato esa lista que pueda rondar hasta los $70 y la paciente no pueda seguir esperando.