Arturo López | LA PRENSA.- Las invasiones y ranchos, por lo general, no cuentan con los servicios básicos como el agua, la luz o el gas, por lo cual deben buscar la manera de ingeniárselas para conseguirlos.
En su mayoría deben pasar más de 3 años para que el estado los reconozca y les brinde los servicios. Esto ocasiona muchos problemas porque estas personas no entran en la planificación de Hidrolara o Corpoelec y al no ser atendidos empiezan a trancar las avenidas o las calles en donde se encuentran.
El arquitecto Ángel García, aseguró que se castigan los servicios de la ciudad con las ocupaciones. “Cuando se hace una invasión están castigando los servicios de la ciudad, los cuales han sido diseñados para otro público y esto descontrola los servicios pues ellos no entran allí” aseveró García.
El urbanista explicó que “uno de los fenómenos más destructivos que hay para una ciudad son las invasiones, pues descontrolan la planificación”.
Yolanda Quintero, habitante de una invasión en el oeste de la ciudad, reveló que para poder tener agua deben pagarle a un camión cisterna, que muchas veces les llega es con agua salada.
“El agua es un bendito problema, se nos va casi 30 mil bolívares mensuales pagando el camión, no es justo, es un derecho que deberíamos tener y los señores de Hidrolara no hacen nada para ponernos el agua” comentó molesta la señora Quintero.