Kemberling Rodríguez | LA PRENSA DE LARA.- La basura abunda en la calle 30 entre carreras 5 y 6, de la Zona Industrial I de Barquisimeto, generando un ambiente de insalubridad en esta importante vía pública que se comunica con la avenida Libertador.
Los más afectados son los trabajadores de una empresa distribuidora de acero, quienes en la hora del almuerzo deben soportar olores nauseabundos producto de la contaminación de ese lugar; lo mismo le sucede a los propietarios de pequeñ;os locales de ventas de desayunos y almuerzos.
Alexis Lamas, empleado de seguridad de dicha empresa, explicó que no sólo arrojan desperdicios, sino animales muertos y hasta parte de vehículos que han sido desmantelados en comunidades cercanas. «Las piezas que no les sirven vienen a tirarlas en ese espacio; la empresa ha mandado a limpiar varias veces, pero la gente sigue echando basura«.
En este sentido, exhortan a la Alcaldía de Iribarren a enviar los compactadores del aseo urbano para evitar que continúe el ambiente insalubre. Miguel Morán, trabajador de la zona, explicó que también es necesario apelar a la conciencia ciudadana para que no contribuya a la contaminación en la ciudad.
«Que todos, empresas, instituciones municipales competentes en el aseo y los ciudadanos se encarguen de velar por la limpieza de las calles, ya que el mal que ocasionan arrojando basura nos afecta a todos por igual«.
Además de la recolección de basura, es notoria la falta de inversión en reparaciones viales de la Zona Industrial I; en la misma intersección y a lo largo de la calle 30 los huecos están por doquier.
Con las lluvias fuertes a principios de mes, varios vehículos resultaron afectados en el tren delantero a causa de las caídas aparatosas en los cráteres que datan desde hace muchos añ;os, pese a que existe un plan de recuperación vial en el municipio Iribarren.
Inseguridad
La inseguridad también reina en los espacios industriales; las calles solitarias sirven para que algunos antisociales se aprovechen de las personas que, pasadas las 5:00 de la tarde, comienzan a salir de sus turnos de trabajo.
Los trabajadores expresan que, a ninguna hora del día, se observan patrullajes para garantizar la tranquilidad del lugar; de allí que algunos opten por contratar transportes privados que los busquen directamente en las empresas, sólo que no todos están en la capacidad financiera de costearlo.
«Me da miedo salir tarde porque la zona es muy sola, no se ven policías haciendo recorridos y a varias de mis compañ;eras las han asaltado cuando van caminando a tomar el transporte público. Las autoridades deberían activar más seguridad o implementar un comando, al menos en la avenida principal«, dice Lamas.
De hecho, prueba de la desatención en materia de seguridad es que arrojen partes de vehículos desmantelados y no ocurra ninguna detención por cometer ese delito; los testigos que permanecen resguardados en las oficinas no se atreven a denunciar por el temor a represalias.