Ágatha Reyes | LA PRENSA de Lara.- Aunque el éxito de la negociación entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición no está garantizado, el politólogo John Magadaleno, considera que esta vía no puede salir del tablero de juego. Señala que un acuerdo entre enemigos políticos favorece a mejorar las perspectivas de la democratización y aleja al país de escenarios de violencia, a pesar de que Venezuela se encuentre bajo un «régimen autoritario hegemónico».
¿Es pertinente que el oficialismo y la oposición mantengan negociaciones en Barbados?
Es difícil saber si esto va a tener éxito. La posibilidad de un acuerdo entre representantes de oposición y regímenes autoritarios como el que tiene Venezuela, para una transición no es sencilla, pero esta opción se debe probar una y otra vez. Un acuerdo entre enemigos políticos contribuye a mejorar las perspectivas de la democratización en el futuro, donde hubo intervenciones militares no necesariamente se llegó al éxito, lo mismo ocurrió en aquellos casos donde hubo golpes de estado.
¿Están dadas las condiciones en Venezuela para que se llegue a un arreglo?
Allí arranca una disyuntiva, hay sectores que se oponen a que esta estrategia se explore, en mi opinión es un grave error descalificar esta opción estratégica. Hemos estudiados 100 casos de procesos de transición que se han dado por tres vías: una es por liberación externa (intervención militar), donde 19 casos fueron por esa vía. La segunda modalidad son golpes de estado con 22 casos y nos encontramos con 59 casos donde la transición fue una negociación lo que produjo el cambio, así que no se puede descartar.
¿Con un régimen autoritario hegemónico cual puede ser el panorama para Venezuela si no hay acuerdos?
Si no hay un acuerdo como resultado de las negociaciones la verdad es que Venezuela se expone a escenarios violentos.
¿A qué escenarios se refiere?
No serian ya, pero en el futuro se podría producir algún tipo de intervención militar extranjera y habría que examinar las distintas modalidades. Tampoco se descarta una fractura de la coalición dominante que no necesariamente conduzca a la democracia en un primer término, sino que en la medida que la situación se agrave, no exista resolución en los incentivos para que factores de poder que hasta la fecha dan soporte al régimen autoritario se mantengan.
¿Ve alguna fractura en el oficialismo?
Lo que veo es un régimen con vulnerabilidades. Es decir, que tiene cada vez más problemas para obtener ingresos en divisas, cohesionar su coalición y satisfacer los intereses de los de los otros socios nacionales e internacionales, además es un régimen que debe emplear cada vez más dosis de represión para poder mantener el orden y para poder desmovilizar a la población que en efecto se sigue movilizando porque las protestas en los primeros seis meses superaron la cifra de 10 mil 700.
¿Qué ocurre en el país, donde el aniquilamiento del adversario parece la única solución?
En el caso del régimen hacia la oposición ha lanzado amenazas muy claras. Aparentemente la Constituyente iba a disolver el parlamento, pero no lo decidió, sino que aumentaron la persecución y esto equivale a que la amenaza de una disolución sigue latente y si eso no llega a ocurrir es obvio que el gobierno estaría considerando otras medidas para intentar neutralizara a la oposición desde ese espacio con una eventual convocatoria adelantada a elecciones parlamentarias.
¿Qué mecanismos puede usar el gobierno, ya el TSJ aseguró castigar con severidad a quienes apoyen actos que «desestabilicen el país»?
Las amenazas han sido explícitas, por un lado la amenaza de aumentar el número de diputados con inmunidad parlamentaria allanada, bien sea por el TSJ o por decisión de la constituyente, la amenaza de convocatoria de elecciones adelantadas, pero también podría estar planteada una amenaza de detención o encarcelación de diputados y para extender el radio de esto también podría estar planteado lo mismo para otros líderes políticos que no necesariamente son diputados, es más tengo la impresión de que como el gobierno parece estar preparándose para una elección, hasta los medios de comunicación pueden estar sujetos a amenazas.
¿Estaría la oposición cohesionada para enfrentar estas circunstancias ante un régimen vulnerable?
No, la oposición necesita mucha más articulación estratégica, más cohesión y sobretodo resolver los nódulos internos que tienen que ver entre otras cosas con la forma en que algunos sectores se conducen frente a otros. La oposición venezolana tiene una situación donde las criticas de lado y lado se recrudecen cada vez más y esto lo que lleva es a desprestigiar a la oposición y un grupo que no puede ponerse de acuerdo sobre asuntos básicos por supuesto puede ser un obstáculo para producir la transición.
¿Ve cercana una transición en el país?
Hay un esfuerzo por sectores de oposición de intentar promover una transición a la democracia, pero ese inicio no termina de llegar. El régimen ha excedido en los últimos tiempos el uso de mayores dosis de represión.
¿Para que debe prepararse el venezolano?
Para tres circunstancias. Primero para un agravamiento de la crisis económica y social, eso es a corto plazo. Segundo para ejercer mayor influencia y evitar que una fractura dentro del chavismo se traduzca en la continuidad de un régimen autoritario pero con otros actores, la gente debe prepararse para una movilización que en el caso que se produzca, exista una reconducción y tercero la ciudadanía debe presionar a sus principales líderes políticos para mayor nivel de coordinación estratégica, incluso debería empezarse a exigir ya esa coordinación que también incluya a quienes han dejado las filas del chavismo.