La Escuela de Baloncesto Los Luises está cerca de su vigésimo aniversario de fundación, ya que fue creada el 31 de mayo de 2005; sin embargo, el festejo puede que sea a medias, debido a que tienen muchas deficiencias en cuanto a estructura y material deportivo para las prácticas.
El vicepresidente del club y entrenador, Jesús Durán, manifestó que a pesar de las dificultades la escuela sigue en pie y entrenan todos los días (de lunes a viernes) en la cancha de baloncesto del Centro Deportivo Enrichetta Bellone, ubicada en la comunidad de Los Luises, parroquia Unión, al noroeste de Barquisimeto.


«En estos momentos tenemos sólo seis balones, pero ya están dañados de tanto uso ya que entrenamos a diario de 3 a 6 de la tarde. Nos faltan las escaleras, conos y demás materiales para mejorar el juego de los niños y jóvenes», manifestó Durán.
Actualmente, la matrícula de Los Luises es de 45 jóvenes que se distribuyen entre las categorías desde los seis a los 16 años de edad.


Escuela de Baloncesto de los Luises se mantiene por autogestión
La escuela de baloncesto se sostiene por autogestión de los representantes, quienes se las ingenian para recolectar dinero y comprar implementos deportivos, realizan rifas, vendimias, torneos, entre otras estrategias para obtener los recursos. Además, utilizan material de reciclaje para crear el material deportivo.
Vecinos de la comunidad, quienes utilizan la cancha después de las prácticas de los niños, hicieron una colecta para comprar lámparas y poder jugar en las noches; sin embargo, ya están deterioradas.


Los representantes también hacen un llamado a los gobernantes para que los jóvenes puedan entrenar en óptimas condiciones.
«Se necesitan herramientas, cuerdas para saltar, conos, escaleras, los balones. La cerca de alfajol está muy deteriorada, a la cancha le hace falta la pintura y los aros están malos», dijo Wilmary Vargas.
Por otro lado, Glenda Falcón, otra madre de uno de los jóvenes, revela que la cancha no recibe un «cariñito» desde la gobernación de Henri Falcón, cuando se le colocó grama artificial —que también está en pésimas condiciones— al campo de fútbol.
«Han pasado muchos años, ya todo está deteriorado, la cancha está desnivelada, piso y techo. Cuando llueve se inunda y tenemos que sacar el agua con tobos y cepillos», agrega.

