viernes, 22 noviembre 2024
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Milos Alcalay: En el diálogo debe haber voluntad política

Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Arranca hoy una nueva negociación entre gobierno y oposición bajo el mecanismo del reino de Noruega, que ha sido confirmado por la cancillería de esa nación, y por el presidente de México Andrés López Obrador, país que será sede de estas conversaciones. Sobre el proceso abundan las dudas y expectativas, porque ya en nueve ocasiones ambas partes se han sentado en una mesa sin lograr resultados. El reto según analistas políticos será en esta ocasión, alcanzar acuerdos en común, que permitan soluciones políticas y económicas a la crisis venezolana, pasando por el debate de lograr elecciones presidenciales libres, versus el levantamiento de las sanciones internacionales que exige Nicolás Maduro.

«Para que tenga éxito una nueva negociación, implica la buena fe de ambas partes, transparencia, definir objetivos comunes y que la opinión pública sobre todo la venezolana sepa qué es lo que se está negociando». Así lo indicó Milos Alcalay, internacionalista y exembajador de Venezuela ante la ONU. Asegura que en el país desde 2002 se vienen desarrollando diálogos sin ningún tipo de éxito, y que incluso por cuarta ocasión Noruega intenta mediar para la resolución del conflicto venezolano.

«La metodología de Noruega comenzó con las negociaciones entre Gobierno y oposición en Santo Domingo en 2017, donde habían cancilleres de América Latina y el intento fracasó, también fracasó cuando la diplomacia del Vaticano intervino en 2014. Fueron procesos en donde siempre el oficialismo lo que pretende es mantenerse en el poder, oxigenarse y debilitar a través de la fragmentación a la oposición y a la comunidad internacional», resaltó.

A su criterio, la clave será encontrar una agenda en común. «Si existe la buena fe se encontrarán soluciones. Las partes deben buscar las bases de un acuerdo de salvación nacional, una transición que realmente permita buscar un calendario para no solamente lograr elecciones regionales, sino presidenciales y parlamentarias que han sido rechazadas por 60 países democráticos, así como enrumbar a la nación en condiciones que permitan una democratización, libertad de los presos políticos, el regreso de los exiliados, y una solución económica, social y ética», explicó.

Cambia contexto

A diferencia de las anteriores negociaciones, la politólogo Ingrid Jiménez sostiene que el contexto de la crisis ha cambiado. Se ha exacerbado la emergencia humanitaria compleja en Venezuela provocando un malestar en la población, y el gobierno se encuentra sin músculo para financiar las políticas que sostienen su revolución, tras la aparición de las sanciones económicas e individuales impuestas por Estados Unidos, Canadá y Europa.

«Ambos actores no están en su mejor momento. La oposición ha perdido credibilidad, el gobierno interino se ha desdibujado y se ha alejado de la realidad diaria de los venezolanos. Con respecto al Gobierno, aunque mantiene el poder y el control del territorio, se ha visto afectado económicamente, eso lo está debilitando, aunque va a negociar con la convicción que tienen todos los regímenes autoritarios: no perder el poder», resaltó.

Otra diferencia es que por primera vez EE.UU y la Unión Europea se alinean en buscar una solución a Venezuela. «Esa realidad no la vimos con el gobierno de Donald Trump, ambas potencias saben que la solución pasa por elecciones libres, avizorando progresivamente acuerdos, y esto va a influir sobre Rusia y China», expresó.

Indicó que un potencial acuerdo que se puede alcanzar a corto plazo es mejores condiciones para las regionales y municipales de noviembre. «Del lado de la oposición yo creo que se han calibrado mejor las expectativas. Buscar una elección presidencial de manera inmediata no se ve como el objetivo fundamental de este proceso que ya ha comenzado con ciertas concesiones que ha hecho el gobierno como la conformación de un nuevo CNE, y al establecimiento de ciertas garantías, y eso es un indicio de lo que pueden ser esas elecciones», dijo.

Para el Doriam González, politólogo, lo primero que debe definirse en esta negociación es una metodología para alcanzar acuerdos. «Se debe establecer un protocolo donde estén dispuestos ambas partes a cumplir una metodología, para que este diálogo no quede en lo que ha quedado. Debe haber acuerdos parciales. El gobierno va a la mesa aspirando que le levanten las sanciones, busca reconocimiento y procura volver a comercializar abiertamente en el mercado bancario internacional, por su parte la oposición debe aspirar a que el gobierno se acerque a la institucionalidad para lograr acuerdos definidos en materia de elecciones», comunicó.

Escenarios

El internacionalista Milos Alcalay, considera conveniente que exista un segundo escenario para que se de la negociación entre Gobierno y oposición, más neutral que México, país que tiene un gobierno de corte socialista, que respalda a Nicolás Maduro.

«México como país sede debería haber sido rechazado, porque sus posiciones son muy cercanas al oficialismo. La oposición tiene que proponer un país identificado con ambas partes, puede ser Colombia y Brasil con el objetivo de buscar un tercero neutro. Un país como Costa Rica que se ofreció, o hacerlo en una isla del Caribe como Barbados, Ginebra, o en Naciones Unidas en Nueva York», dijo.

Con respecto a los representantes que han sido asignados para negociar, los nombres por el lado de la oposición son fundamentalmente del G4, integrado por los partidos Acción Democrática (AD), Voluntad Popular (VP), Un Nuevo Tiempo (UNT) y Primero Justicia (PJ). A México va Gerardo Blyde, Stalin González respaldado por Henrique Capriles, Tomás Guanipa de PJ, Luis Aquiles Moreno de AD, Luis Emilio Rondón Hernández de UNT, Carlos Vecchio de VP, Mariela Magallanes (La Causa Radical), Roberto Enríquez de Copei y Vicente Díaz.

«El G4 no es la única alternativa y es necesario que haya una negociación previa a la negociación. Es decir que el G4 con estos representantes pueda antes acordar con la oposición un consenso, incluyendo hasta a los más críticos como María Corina Machado, Andrés Velásquez, Antonio Ledezma, a Henrique Capriles lo han convocado pero lo incluyen a última hora, deben ser tomados en cuenta todos los opositores democráticos, porque sino arrancarán las negociaciones donde buscarán acuerdos, pero cuando regrese la opinión pública venezolana va a estar en contra de lo que se acordó», exclamó Alcalay.

Fueron vetados por el G4

El diputado de la Asamblea Nacional (AN) Ángel Ocanto, dirigente de Avanzada Progresista, sostiene que los partidos de la denominada Alianza Democrática no fueron invitados a la mesa de negociación en México, por el «sectarismo», de los países del G4.

«Los partidos que reconocen a Juan Guaidó hacen creer que las organizaciones políticas que hemos participado en las dos últimas elecciones registradas en Venezuela, en 2018 y 2020 no somos reconocidos por la comunidad internacional y eso es falso. No fuimos invitados a México por el G4, que no procuran la paz ni el entendimiento en Venezuela», expresó.

Considera que serán pocos los acuerdos que se logren alcanzar en esta negociación porque a su juicio la oposición no está dispuesta a ceder en las protestas. «El G4 es un grupo que no va abandonar la vía insurreccional. Avanzada Progresista rechaza la violencia, las guarimbas y los intentos de invasión extranjera como la Operación Gedeón», expresó, quien resultó electo por Lara en la AN que controla el Gobierno con más del 90% de los curules.

Procuran ayuda humanitaria

El diputado de la Asamblea Nacional electa en 2015, Alfonso Marquina, indicó que además de buscar elecciones con garantías, presencia de observadores internacional y transparencia en los comicios del 21 de noviembre, solicitarán en la mesa de negociación comicios presidenciales o lograr un referendo revocatorio contra Nicolás Maduro. Asimismo aspiran a que uno de los primeros acuerdos alcanzados sea permitir el acceso de ayuda humanitaria.

«Esperamos que puedan ingresar al país 12 millones de vacunas conseguidas a través del mecanismo COVAX«, manifestó el dirigente del partido Primero Justicia.

Por su parte Edgar Zambrano, también parlamentario nacional, sostiene que un primer logro obtenido a esta negociación fue haber logrado que el reino de Noruega, Estados Unidos, y la Unión Europea sean determinantes para lograr resultados a la mesa de negociación. «Desde el punto de vista geopolítico Venezuela tiene una relevancia importante. Las naciones del mundo que acompañan estas nuevas negociaciones tratan de garantizar la paz, el respeto a los derechos humanos en un país de suma importancia en el continente para que no se llegue a ningún escenario de confrontación», expresó.

Asegura que la oposición y el gobierno al momento de sentarse han dado un gran paso, reconocerse. «Debe haber voluntad política y democrática, debe haber una agenda de desarrollo de las discusiones que sea pública, y sobre todo las negociaciones tienen que tener rendición de cuentas para lograr interesas a los ciudadanos, enamorarlo nuevamente a los asuntos políticos del país», comunicó Zambrano.

Propósito claro

El internacionalista Luis Fidhel González, sostiene que los ciudadanos tienen que ver este diálogo con mucha perspicacia, sobre todo por las experiencias previas registradas en Santo Domingo y Barbados. En el caso de la solicitud del gobierno de exigir el levantamiento de las sanciones internacionales, asevera que estas solo se flexibilizarán si el gobierno permite salidas democráticas y electorales a la crisis.

«Que nadie se confunda, Estados Unidos con el gobierno de Joe Biden no ha cambiado su política exterior hacía Venezuela, tienen el propósito de mantener las sanciones contra Venezuela y su objetivo es lograr la salida del gobierno de Maduro, pero mediante elecciones», enfatizó.

 

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