Euseglimar González | LA PRENSA.- La presencia de los niños pidiendo plata en las calles, centros comerciales y panaderías de Barquisimeto ha aumentado. En cada semáforo se ven dos o tres pequeños pidiendo dinero a cada carro que se estaciona.
‘¡Señor, regálame 20 bolívares!‘, repite varias veces un niño de aproximadamente 7 años en la avenida Venezuela con Bracamonte. El mismo caso se repite en las avenidas Lara, Los Leones, Libertador y la redoma de El Obelisco.
Un grupo de ellos son vigilados por los padres o personas mayores, mientras que ellos están bajo el sol pidiendo dinero. También hay padres que utilizan a los menores que tienen alguna discapacidad motora para que les den limosnas.
‘Es increíble la cantidad de niños que se ven en las calles pidiendo dinero. Pienso que eso ha incrementado debido a las vacaciones, pues cuando hay clases no se ven tantos menores en las calles‘, soltó Paola Monsalve, transeúnte de la avenida Venezuela.
La presencia de los niños en las calles se debe a que hay madres que mientras hacen colas en los supermercados, dejan que sus hijos recorran las calles, es allí donde por grupitos se ponen a pedir limosnas, quizás porque no tienen nada en el estomago y buscan que comer.
No solo los niños de la calle piden dinero, sino que trabajan y piden comida. Algunos caen en la indigencia y se van a las bolsas de basura para revisarlas y ver si corren con la suerte de conseguir algún trozo de pan o cualquier residuo de comida.
‘Esos niños que están en las calles terminan consumiendo droga y robando, porque son hijos de nadie‘, criticó Liliana Mendoza, mientras veía a unos pequeños pidiendo en la avenida Libertador, cerca del centro comercial Babilón.
Los centros comerciales no se escapan de la situación que están padeciendo los menores, pues en las ferias de comida se la pasan grupos de menores, vigilando la comida de los usuarios, cuando terminan de comer se les acercan y les piden los residuos.
‘¡Cómprame un pan, que tengo hambre!‘, dice una jovencita de unos 13 años de edad, a penas el cliente ingresa a la panadería La Orquídea. En ese establecimiento se las pasan alrededor de cuatro o cinco menores, persiguen por todo el local a los consumidores para que les den dinero o les compren pan.
Kimberly Rangel, cuenta que todas las noches va a la panadería a comprar pan y jugo, detalló que siempre está el mismo grupito de chamines en la entrada. ‘Si uno les dice que no tienes dinero, te dicen que ellos esperan a que tu pagues con tarjeta de débito‘, dijo.
En varias oportunidades, cuando funcionarios de seguridad junto a los protectores del derecho del niño y adolescentes hacen operativos, se encuentran con que los niños que están en los semáforos limpiando los parabrisas de los carros, son explotados por los padres.
Prefectura de Iribarren, Consejo Municipal de Derechos del Niño, Niña y Adolescente de Iribarren (Cmdnnai) y el Consejo de Protección del niño y adolescente hacen operativos, pero no terminan siendo efectivos, pues los menores regresan de nuevo y toman las calles. Al igual que a los padres que aún cuando los entes les dan citaciones siguen incurriendo.