José Miguel Najul | LA PRENSA.- Cada mañana, al levantarse, Emelis Vásquez contempla un paisaje desierto. Los esqueletos de lo que alguna vez fueron hogares se han ido multiplicando por la migración de los vecinos y, mientras tanto, quienes no pueden mudarse se quedan en una soledad cada vez turbia y desesperante.
Como Emelis, unas 150 familias de las manzanas H, K, M y L de Las Sábilas padecen con angustia un aislamiento acelerado por la fuga y posterior destrucción de los miembros de la comunidad.
“En mi casa recibimos a una amiga con su esposo que se habían quedado solos y alejados. El problema es que nosotros vamos por el mismo camino”, refiere Alexander Vásquez.
Ayer, representantes de unas 40 familias se acercaron hasta la sede regional del Ministerio de Vivienda y Hábitat para solicitar un traslado. La primera respuesta institucional fue desalentadora: no van pa’l baile.
De inmediato tomaron acciones. Las familias, que venían preparadas para dormir frente a la institución, en la calle 32 con avenida Venezuela porque está, al menos, más habitada que las adyacencias de sus hogares, tomaron la calle.
“Queremos una respuesta. Presionaremos hasta que la den. Pedimos la presencia del comandante Luis Reyes Reyes y del propio presidente Nicolás Maduro, si es necesario, porque son los únicos que pueden otorgarnos una vivienda digna con la urgencia que todos nosotros requerimos”, manifestó el señor Vásquez.