Anaís Mendoza | LA PRENSA.- Cleofe Rafael Rojas Peña (70), llegó a las 08:30 del domingo a su casa en el sector Los Naranjillos en El Cují. El señor se bajó de su carro modelo Caprice de color marrón, abrió la puerta de su casa y dentro estaban dos delincuentes que lo apuntaron y le pidieron el carro. Ramón accedió a la petición de los matones pero antes de marcharse, le dispararon en el abdomen, cinco horas después perdió la vida.
Ramón trabajó por más de 20 años en una línea de taxis en el Terminal de Pasajeros de Barquisimeto. El domingo, como de costumbre después de dejar a sus clientes en su lugar de destino, se marchó a su casa en El Cují.
Antes de llegar a su residencia, decidió pasar a la casa de una de sus hijas ubicada cerca de donde vivía, para buscar la cena. “Mi papá llegó como siempre lo hacía y me dijo que le diera la cena porque tenía mucha hambre”, destacó la hija de Ramón ayer a las afuera de la morgue.
Detalla la dama que después de darle una taza con sopa su papá se marchó a su residencia. Al llegar, Ramón se bajó de su vehículo y abrió la puerta de la casa, y en ese instante, dos delincuentes lo esperaban en la sala.
Ramón se sorprendió al verlos, pero los hampones tenían un propósito y era despojarlo de su carro. Por eso lo apuntaron con un arma de fuego y le pidieron las llaves del Caprice. El taxista se las entregó y enseguida salieron de la casa.
“Mi papá se les pegó atrás tratando de que no le llevaran el carro, pero uno de los malandros le disparó por el abdomen, luego se fueron en el carro”, acotó la mujer.
Ramón quedó herido en la puerta de su casa y los vecinos que presenciaron el hecho le avisaron a la familiares, quienes lo auxiliaron y lo trasladaron hasta la emergencia del Hospital Central, pero a la una de la madruga de ayer falleció.
Explicaron sus familiares que Ramón residía solo en la casa debido a que tenía un carácter fuerte, pero siempre estaba en contacto con sus 6 hijos.“Papá era de carácter fuerte, por eso decidió vivir solo en la casa, igual nosotros estábamos pendiente de él y de su comida”, informó la hija.
Sobre cómo los maleantes ingresaron a la casa, la familia sospecha que saltaron por una de las paredes del frente de la vivienda, pues es bastante baja.
Ellos creen que los matones sabían la hora en que Ramón llegaba del trabajo y por eso se metieron a la casa, para esperarlo y quitarle el Caprice que la víctima tenía el carro muy bien cuidado y siempre le dedicaba tiempo para arreglarlo.
“Mi abuelo siempre tenía el carro limpio y todas las piezas estaban muy bien cuidadas; a lo mejor lo estaban cazando”, explicó una nieta de Ramón. El taxista había expresado a la familia que ya estaba cansado de manejar y planeaba vender el cupo asignado que tenía en el Terminal.
Quería dedicarse a la siembra de hortalizas; de hecho, en el patio de su vivienda tenía un pequeño huerto y en sus tiempos libres cuidaba los tomates y pimentones, que ya había cosechado.
Sería el segundo transportista asesinado en lo que va de año luego de que el 14 de enero unos delincuentes mataran a Enrique Pérez Ortiz (32) quien trabajaba en Ruiz Pineda y lo lanzaron muerto desde un carro en la calle 6 de La Lucha.