Guiomar López | LA PRENSA.- Puede estar el sol más acentuado de la tarde, pero lo soportan los clientes de Daniel Tortas. Es un establecimiento de Barrio Unión que siempre tiene una cola kilométrica, a la espera de las frescas tortas, ponquecitos, browmies y demás postres que se degustan luego de la comida, merienda.
Es la calidad del producto y servicio al que tiene acostumbrado el chef de cocina y pastelero, Daniel Jiménez.
Aparenta menos edad, pero a sus 25 años , fue atraído por la repostería desde los 12 años. Experto en la preparación de bizcocho, se preparó tanto en gastronomía y pastelería en el centro de arte culinario “Zi Teresa”.
“Casi todos vienen por el bizcocho tradicional”, dice complacido en tono acelerado, tal como el mismo ritmo apresurado para caminar. Son 7 años de puertas abiertas y con 15 personas que le ayudan en la producción y despacho. La familia es primordial, un soporte que lo ha mantenido de píe para seguir emprendiendo sueños con sabor a repostería .
No descansa junto a sus horneros, quienes desde las 6:00 de la mañana están activos para la producción, ya a más escala con pedidos especiales y sin descuidar las exigencias de ese cliente que le compra al detal.
Los cupcakes duran poco tiempo en exhibición, más cuando se trata de aquellos cubiertos en franjas zigzagueantes de crema pastelera con lluvia de chocolate y se alternan con galletas o pirulín.
La mezcla de aromas lleva a la confusión, porque los comensales no terminan de decidirse cuál de las tortas se llevarán. Están las tres leche, piña, chocolate, milhojas, de queso, entre otras que se unen a la línea de marquesas.
Muchos buscan las galletas de chocolate con lluvia del mismo y hasta tipo sirope, así como los ponquecitos y bizcochos tradicionales.
La buena administración y visión a futuro de Daniel lo llevó a masificar su línea de producción, con los 3 hornos que permanecen activos durante todo el día. Es sello de frescura y calidad.