En el capítulo de anoche, la serie trajo de regreso a la tierra de los vivos a uno de sus protagonistas en un capítulo repleto de esperados regresos y revelaciones; enterate qué pasó
Era el Gran Dilema Televisivo de la temporada: Jon Snow está muerto, pero ¿seguirá así? En el capítulo de anoche de Game of Thrones , apropiadamente titulado «Home», finalmente se reveló la respuesta. Sí, Jon Snow estaba muerto, y el programa se regodeó durante el estreno de temporada y buena parte de este segundo episodio en mostrarlo exánime, azulado, en la mesa de su cuarto/oficina, con su lobo-huargo Fantasma custodiándolo lúgubremente.
Pero al final, como la mayoría de los fanáticos lo predijo -ALERTA ¡SPOILER!- fue la Sacerdotisa Roja, Melisandre (Carice van Houten) quien lo trajo de vuelta a la tierra de los vivos, tras sufrir una crisis de fe que, como ventaja narrativa adicional permitió al público conocer su verdadero aspecto físico (¿inmortal?). Después de celebrar un ritual similar al que ya se vio en la serie (a cargo de otro sacerdote escéptico capaz de levantar a los muertos, Thoros de Myr), Melisandre cree haber fracasado en su misión en presencia de Davos Seaworth (ahora su impensado aliado, quien cree fervientemente en ella, aunque no en su Señor de la Luz) y el salvaje Thormund Giantsbane, quien llegó justo a tiempo al Castillo Negro para salvar a los leales a Snow cuando están a punto de ser ejecutados. Sólo el animal está presente para sorprenderse cuando el Lord Comandante se levanta de pronto de la mesa, volviendo a la vida y tratando de respirar como si se estuviera ahogando. Millones de espectadores respiraron aliviados.