María Betania Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Venezuela vive la peor crisis económica de su historia, la cual ha pasado factura a las empresas privadas, cuyos dueños deben enfrentar a diario una moneda nacional pulverizada por un dólar paralelo con un valor inestable y en ascenso, a lo que también se suman las limitaciones a la hora de surtir gasolina para garantizar la operatividad.
Esta crisis, que golpea de igual forma a los sectores agrícolas, comercio, ganadero, industrial, e incluso a medios de comunicación, se ha agudizado en el año 2020 con la llegada de la pandemia, que obligó al gobierno venezolano a establecer restricciones en aras de disminuir los índices de contagios de coronavirus, pero que terminó de fulminar una ya estropeada producción empresarial.
Los medios de comunicación son el ejemplo de un país en bancarrota que además está entre la espada y la pared porque tiene que pagar servicios, comprar insumos y herramientas de trabajo en dólares, pues a pesar que Venezuela no está dolarizada de manera oficial, todo se mueve en divisas, pero, la realidad es que hay empresas y periódicos que siguen ofreciendo su producto en bolívares en medio de una economía tan inestable que se le hace difícil sobrevivir. Y por si fuera poco, la falta de efectivo en la calle representa la guinda en el pastel de una Venezuela sumergida en el mar de la incertidumbre y el caos.
De acuerdo a Tinedo Guía, presidente del Colegio Nacional de Periodistas, aproximadamente 166 radioeléctricos, 18 televisoras y 42 periódicos han cerrado durante el último Gobierno, pues se han enfrentado no solamente a problemas económicos, sino también a la censura, los riesgos y la presión, lo que hace que redacciones se queden vacías, emisoras de radio apaguen su voz y televisoras paralicen su programación a pesar de las ganas de continuar.
La ONG Un Mundo Sin Mordaza ha reportado una violación sistemática a la libertad de expresión en Venezuela, agudizada con la pandemia, que ha llevado al cierre de al menos 13 emisoras y al bloqueo de unas 17 páginas web y redes sociales.
Tanque vacío
En medio de la cuarenta social, buscar una entrevista, tomar una fotografía e incluso mantener la operatividad se ha convertido en un desafío para todos los medios de comunicación. En múltiples oportunidades, los periodistas no han podido llegar al sitio de la noticia por no tener combustible para movilizarse, pues a pesar que están incluidos en la lista de sectores priorizados, sufren la exclusión en bombas administradas por el gobierno.
Según datos del Instituto, Prensa y Sociedad Venezolana (IPYS), al momento de decretarse la cuarentena en el mes de marzo, seis medios de comunicación tradicionales anunciaron cesar la difusión de sus informaciones por la falta de gasolina.
Los periódicos han apagado sus rotativas. IPYS también registró que en enero El Periódico de Monagas denunció la paralización de su versión impresa por la falta de insumos y papel, pero una vez repuesto el inventario, el 24 de marzo anunciaron la misma decisión, pero esta vez por falta de combustible. Es decir, ahora tienen papel, pero no gasolina.
Según los registros de IPYS, el 17 de marzo el Diario La Nación en Táchira anunció que paraba sus rotativas tras la dificultad de acceder al combustible.
El diario La Calle, publicó el 21 de marzo el cese de su distribución, pues quienes despachan el periódico a nivel nacional tenían cuesta arriba conseguir combustible para llevar a cada uno de los sitios el producto final.
Caso similar ocurrió en La Prensa de Lara, cuando el lunes 23 de marzo en su primera página anunció el cese de la distribución del periódico, pasando de cinco días de circulación a tres, pues ante la falta de gasolina no pueden distribuir a más de 220 puntos de ventas y a la misma vez movilizar a los periodistas y al personal. Hasta hoy el mismo escenario continúa en LA PRENSA, pues no son priorizados en las estaciones de servicio.
La estación radial Frenesí 107.9 FM en Carabobo y Luz Radio 102.9 FM también informaron que debían paralizar su programación en vivo ante la imposibilidad de acceder a la gasolina para movilizar al personal y continuar con sus labores informativas.
Ante eso, los medios de comunicación se han tenido que reinventar, para poder llegar al lugar de los hechos, muchos han optado por ir a sitios cercanos de la empresa, trabajar desde casa y quienes se encuentran en los estudios, en las redacciones y en las cabinas de radio han tenido que hacer uso de las llamadas y videollamadas con sus entrevistados para cumplir con su propósito de informar de marea oportuna.
Difícil acceso
La situación económica y la falta de gasolina no son las únicas limitaciones que actualmente tienen los medios de comunicación para seguir informando, sino que a eso se le suma la censura y el poco acceso a la información oficial. Tinedo Guía, presidente del Colegio Nacional de Periodistas, comentó que acceder, cubrir y publicar datos sobre coronavirus y gasolina en el país es sin duda complicado por la persecución a los periodistas que cuentan lo que otros quieren ocultar.
«Este año para los medios ha sido terrible porque las estadísticas no son confiables, muchos quieren engañar» dijo Guía del CNP.
1200 empresas han cerrado& ;
En lo que va de año el panorama para el sector productor ha sido oscuro. Adán Celis, presidente de la Confederación Venezolana de Industrias (Conindustria) hizo un balance en el que estimó que el sector se contrajo en un 50% en comparación del 2019.
Celis comentó que 1200 empresas no aguantaron la paralización de la economía con la llegada de la pandemia y tuvieron que cerrar sus puertas. Aseguró que durante los últimos ocho meses solo han trabajado de manera continua los sectores priorizados, pero no con toda su capacidad instalada, sino solamente en un 25%.