José D. Sequera | LA PRENSA.- Manchas de sangre en la acera y en una reja blanca fue el rastro que dejó Jesús Manuel Pérez Rojas (31) después que unos desconocidos le propinaran múltiples impactos de bala mientras él iba montado en su moto en el sector Raúl Leoni de Los Rastrojos, en Cabudare.
Con el susto aún vivo en sus ojos, una vecina relató con la voz quebrada que Jesús había ido a llevar a su mamá hasta su casa —ubicada en el sector La Manga— y que después se disponía ir hasta su casa en La Piedad.
“Fue cuando estaba por el Cementerio que unos hombres le llegaron y le dieron los tiros por la espalda”, narró la mujer. Después de haber sido herido, Pérez rodó una cuadra para ir hasta la casa de un familiar en la avenida principal de Raúl Leoni, pero a mitad de camino se estrelló contra el garaje de una casa.
¡Pum!, fue lo que escuchó el dueño de la vivienda. Le preguntó a su esposa que saliera al frente para ver qué había pasado en la calle. Ella salió y se fijó que Jesús estaba en el piso y la moto tirada de lado.
Pensé que se había estrellado y se hirió con la reja, pero no hay nada cortante. Cuando me acerqué vi que tenía toda la camisa llena de sangre y él abría mucho los ojos, como pidiendo que lo ayudaran”, aseveró la señora.
El estruendo hizo que todos los vecinos salieran de sus casas para ver qué había ocurrido y fue allí que se dieron cuenta que era Jesús. Como él era una persona muy conocida en el sector todos se dispusieron a auxiliarlo.
Un vecino decidió montar a Pérez en su carro y llevarlo volando hasta el ambulatorio de Cabudare. Allí los doctores hicieron todo lo posible, pero a los 20 minutos murió.
La noticia que él había muerto se corrió como pólvora por todo Los Rastrojos. “Se murió Jesús”, se decían entre los vecinos; lo que evocaba lágrimas en sus ojos.
Yo no sé por qué lo mataron si él era un chamo que jugaba béisbol, trabajaba con una empresa muy importante y ayudaba mucho a su mamá. Todos por aquí lo queríamos mucho”, comentaba una vecina.
Hasta los momentos, los pesquisas del Cicpc se encuentran investigando el hecho, aunque se presume que sea un probable ajuste de cuentas.
Está candela
Vecinos de Los Rastrojos aseveraron que el hampa no se está aguantando en el sector porque cuando ya empieza a oscurecer no se puede andar caminando porque las personas pueden ser víctimas de un robo o un asesinato.