Jennifer Orozco | LA PRENSA.- Jhonny Enrique Torrealba Arenas estaba de lo más tranquilo almorzando cuando le llegó “la ley”. El hombre estaba solicitado desde hace más de ocho meses, pero esta vez no se escapó de la justicia.
Torrealba estaba sentado en una mesa con una mujer comiendo en el restaurante Suelo Larense, en la calle 60 con carrera 12. En un abrir y cerrar de ojos se dio cuenta que un funcionario de la división de Orden Público de la Policía del estado Lara entró a comer también. Pero el policía lo vio muy nervioso.
Torrealba trató de correr al baño a esconderse, pero el azul se le pegó atrás. Le pidió la cédula y lo verificó por el sistema Escorpio. La sorpresa del policía fue que Torrealba tenía más de ocho meses solicitado por el delito de trafico y ocultamiento de drogas. Entre el alboroto el restaurante cerró por un momento mientras los encargados trataban de controlar la situación tensa entre el policía y el detenido.
La acompañante de Torrealba desconocía lo que pasaba y la dejaron ir, pues no estaba implicada en ningún delito. A Torrelba sí le pusieron los ganchos y lo sacaron del restaurant directo a los calabozos de “La 30”. El hombre fue puesto a la orden de la Fiscalía número 4 del estado Lara, especialista en materia de drogas.
Torrealba tenía más de seis antecedentes por el mismo delito y hace varios años estuvo preso en Uribana, aunque ya pagó su pena completa.