Ana León | LA PRENSA.- “Veníamos en el carro y escuché pla, pla, pla. Luego no recuerdo más nada”, fue lo que le relató Alba Marina Díaz Contreras a los policías de la emergencia del Hospital Central luego del accidente que ella sufrió junto a su familia en la Circunvalación Norte, a la altura del polígono de tiro.
El sonido era un caucho que explotó y luego el Aveo donde iban terminó derrapando e impactando en un poste de la señalética. Su esposo Luis Javier López Flores de 25 años murió. Ella salió lesionada con varios golpes así como su hijo de 3 meses de nacido, su amiga y la hija de su compañera de 16 años. Esto ocurrió a la 1:45 de la tarde.
Alba y Luis salieron de Maracaibo e iban a Valencia donde ellos residían, los acompañaba Yendri del Carmen Valero y los pequeños, quienes iban en la parte de atrás del vehículo. Según funcionarios de la PNB y Tránsito, luego de que el neumático explotara, Luis intentó controlar el Aveo, pero no pudo hacerlo. Eso hizo que el carro derrapara e impactara brutalmente por el lado del piloto.
En la escena se podía observar el parachoques y otras partes del carro que habían volado hasta un terreno cercano al accidente. La batería del vehículo había sido sacada antes de que los Bomberos y la Policía Nacional llegaran.
Luis murió de manera inmediata. Él quedó sentado en el puesto y su cabeza estaba llena de sangre. Su brazo izquierdo se fracturó y ambas piernas presentaban lesiones graves.
Bomberos y algunos conductores lograron rescatar a Alba, Yendri y los niños del Aveo que quedó destrozado. Todos fueron trasladados en un camión que transitaba por la Circunvalación hasta la emergencia del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda. Sólo tenían golpes y no presentaron heridas graves.
Una comisión de siete bomberos se encargó de sacar del amasijo de hierro a Luis. Según Luis Abarca, primer teniente del Cuerpo de Bomberos de Iribarren, casi una hora duró la extracción del cadáver.
Alba, a pesar de encontrarse en estado de shock en la emergencia, preguntaba sin parar por su esposo. “¿Dónde está mi esposo? ¿Por qué no llega?”, decía a cada rato la mujer, quien pedía a los trabajadores que le dijeran que si la razón por la cual su pareja no la acompañaba era porque había muerto.