Conoce cómo enfrentar un caso de abuso sexual infantil Conoce cómo enfrentar un caso de abuso sexual infantil Andrea Barrios | LA PRENSA DE LARA.- «Entra el hermano de mi agresor, entre los dos me amarran las manos, me atan a la cama, me atan las piernas (…) Le pedía que por favor me ayudara, pero él se quedó sólo viendo, fue ahí cuando sucedió». Su amigo, el hombre que la estaba cortejando la abusó. Esta es la primera parte de la historia de Ana (nombre ficticio), una guara, de 17 añ;os, que fue abusada sexualmente y que narra su historia para ilustrar el silencioso panorama que sufre un menor al caer en las manos de un depredador sexual.
Describió al hombre como una persona de su «entera confianza», quien a través de engañ;os la llevó al hogar se su abuela donde él vivía, una casa vecina al domicilio de Ana, ubicada cerca del Terminal de Pasajeros de Barquisimeto.
Luego de un tiempo de conocerlo, un día le dijo que su abuela la estaba llamando y fue a su casa. «Cuando entré vi que no había nadie, me dijo que estaba en el cuarto del fondo, rezando. Entré y no había nadie. Fue cuando me dijo que sólo quería estar a solas conmigo, comenzó a acercarse y enseguida me percaté que me quería tocar, pero yo era señ;orita. Le pedí que me abriera la puerta, pero en ese momento su hermano entró a la habitación y me dejaron inmovilizada», aunque fueron dos, sólo su «amigo» cometió el acto, mientras el otro observaba.
Al terminar la agresión, el terror se apoderó de Ana, el hombre la había amenazado con difamarla en su comunidad y hacerle dañ;o a sus familiares, razón por la que los encuentros se repitieron una docena de veces más. Ana tenía un hogar disfuncional, por lo que además del trauma de haber sido abusada era víctima de maltrato en su familia donde predominaba la ausencia del padre, y una madre que se dedicaba la mayor parte del tiempo a trabajar, además de los constantes conflictos, entre ellos el trato autoritario de su progenitora que la llevaron a mantener en silencio lo ocurrido.
Hoy, 30 añ;os después y sin ninguna denuncia, el hombre, a quien todavía se topa en las calles de su comunidad y de quien prefiere mantenerse alejada por el dañ;o que le ocasionó, le pidió perdón. Pero a pesar de la rabia nunca lo denunció y por lo tanto no pagó por su agresión.
Venezuela y Lara
En Venezuela se registraron, en promedio, 14 incidencias diarias de abuso sexual infantil, para un total de 7.165 casos entre enero del añ;o 2022 y mayo de 2023, según cifras compartidas por el fiscal general de la República, Tarek William Saab, en una rueda de prensa el 7 de junio.
En el estado Lara «las cifras son alarmantes», señ;aló una psicóloga del Hospital Universitario de Pediatría Dr. Agustín Zubillaga (Hupaz), quien se negó a detallar la información por temor a represalias. Aunque se contabilizan al menos 44 casos que han llegado al centro asistencial durante el añ;o 2023, según registros de La Prensa de Lara.
Las cifras revelan una preocupante realidad en el país, experiencias que las víctimas tienden a ocultar por el temor a ser juzgadas por la sociedad.
Tal es el caso de Martha (nombre ficticio), quien fue abusada por su primo de 16 cuando apenas tenía 8 añ;os de edad. El abuso fue durante cuatro añ;os. Para el momento, Martha no era consciente del acto que se estaba cometiendo en su contra y expresó lo siguiente:
«Esa persona me preparó muy bien durante seis meses más o menos, yo soy de contacto físico y mi papá y mi mamá son excelentes padres, pero ellos son de campo, no son de mucho cariñ;o y me gustaba como él me trataba y lo disfrutaba en medio de mi inocencia. Así empezó, poco a poco deslizó su mano y comenzó a tocar donde no debía, varias veces me negué, pero comenzó a amenazarme con contárselo a mis papás, matar a mi mamá y otro chantaje: Si te lo hago a ti no se lo hago a tus hermanas», relató la víctima.
Pero la aberración del hombre no fue sólo con Martha; al pasar el tiempo ella se dio cuenta que su hermana más pequeñ;a, con 3 añ;os de edad, también estaba siendo profanada por el joven. Allí fue cuando se atrevió a hablar con sus padres.
Sin embargo, su progenitor impulsado por el caos y el enfrentamiento que hubo en la familia prefirió guardar silencio, no hubo denuncia contra el agresor, explicó la protagonista de esta historia, quien afirmó que ese abuso dio «cancha abierta» para los demás que vinieron a su vida, dando paso a ser víctima de violencia de género durante una década y media. Actualmente, Martha tiene 47 añ;os.
El silencio nuevamente dejó impune a otro abusador en Barquisimeto.
Puede ampliar esta información en nuestra edición impresa de este viernes, 26 de enero.
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