LA PRENSA DE LARA.- En la anterior oportunidad nos referimos al tratamiento medicamentoso, concluyendo que hasta el momento no existe medicamento específico que detenga y desaparezca la sintomatología inherente a este tipo de demencia neurodegenerativa.
No obstante, existen medidas neuroprotectoras que retarden tal proceso, particularmente en aquellos que tengan una predisposición genética y hoy más que nunca, donde el promedio de vida a nivel mundial está en los 80 años de edad, lo que incrementa el riesgo de padecer este tipo de demencia y los que actualmente nacen en este momento, podrán alcanzar un promedio de vida de 100 años, estimándose actualmente en 50 millones de personas con la enfermedad de Alzheimer y para el año 2050 alcanzara la cifra de 150 millones de personas, constituyendo un gran gasto económico para la sociedad, ya que no solamente serán 150 millones de personas inhabilitadas, incluyendo el cuidador, alcanzara la cifra de 300 millones de personas a nivel mundial inhabilitadas
Es así, como el factor edad es determinante, es decir a mayor edad mayor riesgo y sumando otros factores de riesgo se incrementa la probabilidad de padecer tal demencia. Aunado a esto, en la década del 2020 se agrega el COVID-19 el cual actúa como un acelerador en aquellos que tengan predisposición y en las personas de la tercera edad que padezcan el COVID-19 el riesgo es mayor de presentar tal proceso a mediano y corto plazo.
Ahora bien, para determinar las medidas preventivas, debemos conocer los factores de riesgos, los cuales pueden ser modificables y no modificables. Entre las no modificable, principalmente esta la edad, en la medida que avancemos en edad el riesgo es mayor de padecer trastornos cognitivos, principalmente en la memoria inmediata, típico de la enfermedad de Alzheimer, otro no modificable, es la genética, la existencia de genes de riesgos (APOE) y genes determinantes (PSEN1, PSEN2 PPA) combinados con otros factores de riesgos desencadenarían esta demencia.
En la Revista Clínica Española, el Dr. Bermejo afirma que la mitad de las demencias tipo Alzheimer, pueden ser potencialmente prevenibles, mediante el control de los factores de riesgos modificables como las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial, diabetes mellitus, hiperlipidemia, hipotiroidismo, obesidad, tipo de dieta, tabaquismo, consumo moderado de bebidas alcohólicas, medicamentos psicotrópicos, trastorno del sueño, ansiedad y depresión mayor, entre otras y es determinante el estilo de vida; por lo tanto, la corrección de los factores de riesgos modificables conlleva a una disminución de la incidencia de la demencia tipo Alzheimer
Sean estas, algunas de las medidas neuroprotectoras las que inciden en la prevención de la demencia tipo Alzheimer:
– La neuroprotección se inicia desde el primer día de la gestación, la cual consistiría en mantener una dieta adecuada, mantener un incremento progresivo del peso acorde a la evolución del embarazo, control de la tensión arterial, evitar medicamentos contraindicados, vigilar el funcionamiento de todos los sistemas, vigilancia de la vitalidad del feto, asistencia profesional del parto entre otras.& ;
– Alimentación balanceada en calidad y cantidad en proteínas, carbohidratos, lípidos, minerales y vitaminas, en los diferentes grupos etarios para un buen desarrollo corporal y cerebral
– Práctica de la medicina preventiva, mediante el control periódico de los diferentes sistemas u órganos
– Establecer la educación en todos los niveles, como un instrumento de desarrollo cognitivo
– Implementar normativamente la actividad física en general, con diferentes patrones de acuerdo a la edad y salud física.
– Instruir a la sociedad en general sobre el manejo de las emociones, en particular de las emociones negativas, evitando con ello el estrés crónico que nos llevaría a la ansiedad y depresión, ambos contribuyen a la neurotoxicidad cerebral& ;
– Establecer centros de desarrollo cognitivo, tales como clubes deportivos, lectura, juegos de mesa, música, baile y cultura en general, logrando a la vez la intercomunicación entre los componentes y de esta manera se fortalece la cognición.
Una revisión realizada por el Comité de Expertos de las Academias Nacionales de Ciencia, Ingeniería y Medicina, encontró tres tipos de intervenciones neuroprotectoras relevantes como es la de aumentar la actividad física, evitar el sedentarismo, control de la presión arterial para las personas hipertensas y el entrenamiento cognitivo.& ;
Establecen que las personas que hacen ejercicios físicos tienen menor riesgo de padecer deterioro cognitivo, contribuyendo a una menor producción de placas amiloide y ovillos de proteína TAU, causantes de la disfunción neuronal, observado en la Enfermedad de Alzheimer, igualmente mejora la destreza corporal, motora y disminuye el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes mellitus, hipertensión arterial y depresión.
Por lo tanto, establecer un estilo de vida adecuado con la aplicación constante de las medidas neuroprotectoras conlleva a un incremento de la Reserva Cognitiva que es la capacidad que tiene el cerebro de tolerar mejor los cambios o efectos de la patología asociada a la demencia, no obstante, ante una mayor reserva cognitiva retardara las manifestaciones clínicas en aquellas personas que tienen un mayor riesgo, gracias al incremento de la conexión neuronal.
Debemos resaltar que todas estas y otras medidas neuroprotectoras no incidirán únicamente en el cerebro, también en todos los demás sistemas del organismo que van en pro de una buena salud física y mental, recordar que en cuerpo sano hay mente sana
Por último, tener en cuenta que las medidas preventivas sean permanentes independientemente de la existencia de un medicamento curativo de esta demencia, la clave es tener un estilo de vida sano, adecuado para alcanzar una calidad de vida por más tiempo de lo esperado.
Escrito por: Hely Brandt& ;
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