José Najul | LA PRENSA.- Los motivos navideños estarán ausentes en muchos hogares. La tradición familiar de adornar la casa en vísperas navideñas, para celebrar la llegada del Niño Jesús, se ha apagado por los enormes costos que implica la compra de cada uno de los implementos.
Cada año mi casa luce más apagada en Navidad. Hace un par de diciembres aún podíamos poner el arbolito viejo y, comprando algunas bambalinas y luces, adornábamos. Esta vez prefiero ahorrarme el dinero”, confiesa Pablo Useche.
Un arbolito modesto de un metro y medio aproximadamente cuesta, en una de las tiendas populares del centro de la ciudad, 54 mil 464 bolívares, el equivalente a poco menos de dos sueldos mínimos, tomando en cuenta el último incremento presidencial.
Los precios varían según el tamaño, pero fundamentalmente a causa de los detalles que el fabricante ha incorporado al objeto. Otro pequeño árbol, del mismo tamaño que el anterior, pero con luces de colores integradas en las puntas, asciende a los 85 mil bolívares, en otra tienda cercana. Incluso los pequeños detalles se han vuelto inalcanzables para quienes batallan con los estragos de la vida cotidiana en medio de la crisis que vive el país.
Lo más económico es el juego de 100 luces, que oscila entre los 2 mil 500 y los 3 mil 125 bolívares, dependiendo de la marca. Sin embargo, otros elementos sencillos, como un juego multicolor de 6 unidades de bambalinas llega hasta los 8 mil 750 bolívares; si desea ahorrar en este apartado, puede invertir 4 mil 700 por 4 bambalinas del mismo color, y con menos detalles.
Juguetes y adornos mucho más elaborados, por el contrario, se han disparado considerablemente. Un juego de trenes, con motivo de Santa Claus, llega a 70 mil bolívares, aproximadamente el 50% de las utilidades de un trabajador promedio en el sector privado de la ciudad.
La vida se ha puesto muy cara, en especial este tipo de cosas. Como trabajador he decidido guardar el dinero para la comida y para las emergencias. La Navidad no se trata de consumir, y voy a ahorrar en cosas superfluas, para pasar la Navidad con mi familia, así tenga la casa apagada”, reflexiona Jackson Peña.