Willian Croes | La Prensa.- Abastos, panaderías y quincallerías del centro y del oeste se han convertido en los principales puntos dispensadores de efectivo. Con mayor frecuencia, la gente raspa la tarjeta a cambio del billete, aunque esto implique que le quede una comisión de ganancia a dueños de comercios.
Muchas personas le huyen a las colas de los cajeros automáticos y a la poca cantidad que se puede retirar de las máquinas, por lo que estas transacciones les ha sacado la pata del barro a más de uno en momentos de apremio.
En negocios de chinos y árabes esta práctica se ha hecho común. De hecho, en muchos casos es el principal ingreso que tienen los dueños, tomando en cuenta los altos niveles de escasez de productos que hace que sus anaqueles estén vacíos.
En fechas de cobro, como quincena y último o cuando depositan el ticket de alimentación se forman grandes colas en los comercios. Cada transacción le genera una ganancia al dueño entre 9,5% y 15% del monto que solicitan. Esto depende de cada local.
“Lo hago con los ticket porque me resulta más tener el dinero”, expresa José Aranguren, quien religiosamente todos los inicios de mes hace su cola para efectuar la transacción en un establecimiento que le quita el 9,5%, así que de los 18.500 bolívares que le depositan, sólo recibe 16 mil 500 en una paca en efectivo.
Son dos mil bolívares los que le descuentan por la transacción. En días de cobro atienden entre 30 y 50 personas, por lo que la ganancia supera los 100 mil bolívares diarios. Esta actividad le ha permitido a los dueños obtener un fruto adicional en su negocio.
Los porcentajes de descuento varían, según la presentación de la compañía del ticket de alimentación. Los dueños de los puntos argumentan que la comisión que les cobra el banco varía y ellos hacen estos ajustes. La más baja es la TodoTicket con 9,5% y la que más cobran es el 15% del talonario de papel.
“Sé que me descuentan una cantidad con la que pudiera comprar algo, pero ahorita vale más tener el efectivo en mano”, dice Pedro Cedeño, quien con ese dinero paga los servicios de su casa y un bolso que está jugando con sus familiares.
Ese tipo de transacciones se ha convertido en un negocio, donde ambas partes ganan. También se practica con las tarjetas de débito y crédito, y el porcentaje de cobro oscila entre 12 y 15%, respectivamente.
“Hay muchos cajeros que están dañados y tengo que ir a estos sitios, pese a que me cobran un porcentaje mayor”, explica Alfredo León, quien asegura que mínimo dos veces por semana acude al establecimiento asiático del centro de la ciudad para que le raspen la tarjeta y le den el billete que necesita.
A los comerciantes también les beneficia que no tienen que depositar tanto efectivo en el banco, porque hay un movimiento constante de papel moneda.